
Sinjar es un relato lleno de ambición y sensibilidad que sigue la vida de tres mujeres afectadas por el yihadismo. No obstante, su coraje queda desdibujado por una narrativa que no interrelaciona ni profundiza lo adecuado en las tramas.
Sinjar es un relato lleno de ambición y sensibilidad que sigue la vida de tres mujeres afectadas por el yihadismo. No obstante, su coraje queda desdibujado por una narrativa que no interrelaciona ni profundiza lo adecuado en las tramas.
Isabelle Huppert y Reda Kateb son los carismáticos protagonistas de un thriller político con denuncia social. El film logra despertar interés por cuestiones filosóficas alrededor de la integridad, la ambición y la labor pública.
El largometraje contaba con una premisa interesante, intérpretes solventes y una buena fotografía. No obstante, la cantidad de clichés y la desorientación del guion impiden que sea ese fascinante retrato que prometía ser.
El film de Marc Crehuet cuenta con una utilización convincente de espejos y un elenco brillante, pero desperdicia sus recursos y se queda en un patético intento de parodiar con humor rancio y adoctrinar.
Este relato sobre el paso de la infancia a la adolescencia no está respaldado por un guion cohesionado. Aunque se perciben buenas intenciones, el conjunto del film resulta irregular y desconcertante.
Fran Torres se estrena en la gran pantalla con un largometraje centrado en la maternidad lleno de incongruencias, cabos sueltos y vacíos de guion que dejan al espectador con un mal sabor de boca final.
Impactante drama en el que la montaña, la soledad y la existencia se funden en una historia mil veces contada, pero que no nos cansamos de revisitar. Eficaz y está bien interpretada.
Divertida e intensa comedia que salta del teatro a la pantalla y de la comedia al thriller con una fórmula detox para reírse de la polarización del personal y para temblar ante la realidad de las miserias humanas.
Alberto Evangelio debuta con un producto que tiene una premisa interesante, una parte técnica correcta y una atmósfera bastante lograda. No obstante, no se define en el tono y su guion está lleno de vueltas de tuerca confusas.
El tercer largometraje de Neus Ballús es una comedia al más puro estilo documental. La naturalidad y el carisma que desprenden los personajes atrapan desde el primer momento al último al espectador.