Todos mienten

Según Pau Freixas (Sé quién eres) “todos mienten” y bajo esta premisa tan desoladora nos topamos con un argumento también desolador. Y es que está claro que Freixas no ha invertido su ingenio en escribir una trama original. O, por lo menos, no lo parece. Véase: en una idílica urbanización de gente adinerada, Macarena (en la cuarentena, casada y con una hija adolescente) mantiene una relación secreta con uno de sus alumnos, Iván, quién, además, es el hijo de una de sus mejores amigas. El asunto se destapa por la filtración de un vídeo sexual en el que aparece la pareja protagonista.

A este baño de mediocridad creativa se suma un lenguaje nada sutil y una serie de conductas primarias que siguen ensuciando el contexto. No obstante, hay muchas formas de contar una misma historia y ahí es donde descubrimos al creador de Pulseras rojas.

Todos mienten se sustenta en el gran trabajo de personajes y en unos dialoguistas y guionistas que juegan hábilmente con el humor negro, la sátira y la comedia. Es cierto que el reparto ayuda. Caras conocidas y solventes como Leonardo Sbaraglia, Natalia Verbeke, Ernesto Alterio, Juan Diego Botto y Miren Ibarguren de por sí ya hacen atractivo el relato. Pero si, además, se les ofrece un elenco de personajes irreflexivos, estrafalarios, traumatizados e impulsivamente impredecibles el asunto mejora. Cosa que no ocurre con la pareja protagonista, Irene Arcos y Lucas Nabor, a la que le falta gancho y sangre.

En cuanto a la narrativa, el continuo bombardeo de flashbacks –la historia se cuenta en un ir y venir temporal– puede despistar a su audiencia si no permanece atenta, porque entre unos acontecimientos y otros apenas pasan algunas horas. No obstante, como una señal en el camino, Macarena nos recibe en el presente con vestido de bailaora, que no se quita ni para ir a la comisaría. Gracias por eso.

Al tema central le circundan subtramas e historias personales que, en muchas ocasiones, eclipsan el propósito inicial: conocer quién es el asesino. Sin embargo, gracias a ese aleteo continuo de secretos que salen a la luz, nos enganchamos al drama y encontramos sentido al título con el que se presenta la historia. Todos mienten sí y nosotros queremos saber por qué.

En realidad, resulta complejo hacer una valoración de esta serie ya que todo lo que tiene de vulgar también lo tiene de ingeniosa, entretenida y original. Cada cual debe sopesar lo que más pesa en su criterio de selección y, además, avisamos de que el final no satisfará a muchos.

Firma: Mar Pons