La canción de los nombres olvidados

La canción de los nombres olvidados adapta la novela homónima de Norman Lebretch, un largo argumento que arrastra elementos demasiado literarios a su traslado al cine, como el título indica.

La calidad de la música y la fotografía, la cuidada ambientación y las múltiples localizaciones crean un entorno insuficiente para una trama incapaz de emocionar en un tiempo limitado y a un ritmo lento.

Desde 1939 a 1986 recorremos la vida de los protagonistas, David y Martin, en tres momentos distintos, con actores distintos. Si bien el mayor peso de la cinta lo lleva Tim Roth (el Martin adulto), los jóvenes actores Misha Handley y Luke Doyle destacan sobre el resto de Davids y Martins, respectivamente, por su temprana pericia.

El conflicto se explora desde una perspectiva novedosa, mostrando las consecuencias que sufre un niño judío a lo largo de toda su vida, así como la historia y el valor de su cultura y fe; además se abordan la culpa, la amistad y la ambición.

Salvando el giro final tan poco creíble, en general es una película que, con sus carencias, tiene interés para el público maduro e incondicional al que principalmente se dirige.

Firma: Begoña Arribas