Directoras de cine: la ruptura del techo de cristal en el séptimo arte

El techo de cristal del cine

Directoras de cine: la ruptura del techo de cristal en el séptimo arte

El concepto del techo de cristal es que la mujer ve el cielo y casi lo alcanza, pero no puede tocarlo, porque hay un techo que se lo impide; está a un paso, pero no llega. Ese techo (de cristal para las mujeres, pero que más bien parece de cemento para muchas de ellas) es necesario que se rompa y con ello se rompa la injusticia, la incoherencia y la mediocridad… sin género y sin pausa. Este es un deseo para todos.

Pues bien, este techo de cristal también abarca al séptimo arte y, consecuentemente, a la dirección cinematográfica, que viene a ser un rol crucial en la creación de una película, tal como nos dijo Orson Welles: “El escritor necesita una pluma, el pintor un pincel, el cineasta todo un ejército”. Basta recordar aquí el Premio Óscar a Mejor Dirección, que se entrega desde el año 1927, pero que tuvo que esperar más de 80 años para que recayera en una mujer, concretamente, en la estadounidense Kathryn Bigelow por ‘En tierra hostil’ (2009). Este galardón solo ha vuelto a recaer en una directora en los dos últimos años, con la china Chloé Zhao por ‘Nomadland’ (2020) y la neozelandesa Jane Campion por ‘El poder del perro’ (2021).

No queda mucho mejor parado el Premio Goya a Mejor Dirección, que se entrega anualmente desde 1986. La primera mujer en recibirlo fue Pilar Miró por El perro del hortelano (1996), a la que siguieron Icíar Bollaín por Te doy mis ojos (2003) e Isabel Coixet en dos ocasiones, por La vida secreta de las palabras (2005) y por La librería (2017).

Sin embargo, en el Premio Goya a la Mejor Dirección Novel, la representación de mujeres es más marcada, especialmente en los últimos años. El primer premio de este galardón lo recibió Ana Díez por Ander y Yul (1989), y también el segundo, para Rosa Vergés por Boom, boom (1990), al que siguieron Ángeles González-Sinde por La suerte dormida (2003), Mar Coll por Tres días con la familia (2009) y un repóquer de los últimos seis años, pleno para directoras: Carla Simón por Verano 1993 (2017), Arantxa Echevarría por Carmen y Lola (2018), Belén Funes por La hija de un ladrón (2019), Pilar Palomero por Las niñas (2020) y Clara Roquet por Libertad (2021), Alauda Ruiz de Azúa por Cinco lobitos y este pasado 2023 con Estibaliz Urresola Solaguren por 20.000 especies de abejas.

Nuestro artículo de hoy es un homenaje a todas las directoras que han contribuido a romper el techo de cristal en el séptimo arte. Desde un punto de vista expositivo, realizaremos una presentación en dos partes: (a) directoras internacionales más allá de nuestra frontera y (b) directoras españolas. En cada una de ellas, centraremos la atención en aquellas películas que suponen una oportunidad para la docencia y que tienen en la infancia y adolescencia su punto de encuentro.

Directoras internacionales: más allá de nuestras fronteras

Todo comenzó con el cine mudo. La francesa Alice Guy es considerada la primera mujer cineasta con su cortometraje El hada de las coles (La Fée aux Choux, 1896), aunque el primer largometraje dirigido por una mujer se debe a la estadounidense Lois Weber con El mercader de Venecia (The Merchant of Venice, 1914). También cabe considerar a la alemana Lotte Reiniger, de quien se conserva el más antiguo largometraje de animación con Las aventuras del príncipe Achmed (Die Abenteuer des Prinzen Achmed, 1926). A partir de ahí, destacan otras mujeres adelantadas a su tiempo: la estadounidense Dorothy Arzner, con una envidiable filmografía de 20 películas, que comenzó con La reina de la moda (Fashions for Women, 1927) y finalizó con El valor es lo primero (First Comes Courage, 1943); la alemana Leni Riefenstahl, actriz, fotógrafa y directora, quien comenzó con La luz azul (Das blaue Licht, 1932), pero a quien se la conoce principalmente por El triunfo de la voluntad (Triumph des Willens, 1935) y Olimpiada (Olympia, 1938), películas propagandísticas de Hitler; la mexicana Matilde Landeta, quien llegó a fundar su propia compañía y rodó su primera película, Lola Casanova (1948); y muchas más.

Además, es posible realizar una selección de películas dirigidas por mujeres que cabe tener presente: El extraño no dejó ninguna carta (The Stranger Left No Card, Wendy Toye, 1952), El autoestopista (The Hitch-Hiker, Ida Lupino, 1953), Cleo de 5 a 7 (Cléo de 5 à 7, Agnès Varda, 1962), Pasqualino: Siete belleza (Pasqualino Settebellezze, Lina Wertmuller, 1975), Hijos de un dios menor (Children of a Lesser God, Randa Haines, 1986), Hijas del polvo (Daughters of the Dust, Julie Dash, 1991), El piano (The Piano, Jane Campion, 1993), Buen trabajo (Beau travail, Claire Denis, 1999), ‘Lost in Translation’ (Sofía Coppola, 2003), En tierra hostil (The Hurt Locker, Kathryn Bigelow, 2008), Selma (Ava DuVernay, 2014), Diario de una chica adolescente (The Diary of a Teenage Girl, Marielle Heller, 2015), Lady Bird (Greta Gerwig, 2017), Toni Erdmann (Maren Ade, 2016), Atlantique (Mati Diop, 2019), The Farewell (Lulu Wang, 2019), Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, Céline Sciamma, 2019), entre muchas otras.

Películas internacionales en las que detenerse

Óperas primas

  • Bruno (Bruno, The Dress Code, Shirley MacLaine, 2000. Estados Unidos)
  • El pequeño Tate (Little Man Tate, Jodie Foster, Estados Unidos)
  • La bicicleta verde (Wadjda, Haifaa Al Mansour, Arabia Saudí)
  • Las mujeres de verdad tienen curvas (Real Women Have Curves, Patricia Cardoso, 2022. Estados Unidos)
  • Las vírgenes suicidas (The Virgin Suicides, Sofía Coppola, 1999. Estados Unidos)
  • Lirios de agua (Naissance des pieuvres, Céline Sciamma, 2007. Francia)

El cine como documento (auto)biográfico

Valores, denuncia y reflexión

  • Boys Don’t Cry (Kimberly Peirce, 1999. Estados Unidos)
  • Mustang (Deniz Gamze Ergüven, 2015. Francia)
  • Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Never Rarely Sometimes Always, Eliza Hittman, 2020. Estados Unidos)
  • Quiero ser como Beckham (Bend It Like Beckham, Gurinder Chadha, Reino Unido)
  • Reina de corazones (Dronningen, May el-Toukhy, 2019. Dinamarca)
  • Thirteen (Catherine Hardwicke, 2003. Estados Unidos)
  • Un monstruo en mi puerta (Doheeya, July Jung, 2014. Corea del Sur)
  • Un pequeño mundo (Un monde, Laura Wandel, 2021. Bélgica)
  • XXY (Lucía Puenzo, 2007. Argentina)

Infancia y adolescencia

  • An Education (Lone Scherfig, 2009, Reino Unido)
  • Bang Gang: una historia de amor moderna (Bang Gang (une histoire d’amour moderne), Eva Husson, 2015. Francia)
  • Buda explotó por vergüenza (Buda az sharm foru rikht, Hana Makhmalbaf, 2007. Irán)
  • Cafarnaúm (Capharnaüm, Nadine Labaki, 2018. Líbano)
  • Fish Tank (Andrea Arnold, 2009, Reino Unido)
  • Inch’Allah (Anaïs Barbeau-Lavalette, 2013. Canadá)
  • La (des)educación de Cameron Post (The Miseducation of Cameron Post, Desiree Akhavan, 2018. Estados Unidos)
  • Polisse (Maïwenn, 2011. Francia)
  • Rara (Pepa San Martín, 2016. Chile)
  • Sweetheart (Marley Morrison, 2021. Reino Unido)

Familia

Remakes

Directoras españolas

Elena Jordi, nombre artístico de la barcelonesa Montserrat Casals, se considera la primera directora española, también del cine mudo y con unos inicios teatrales. . Empezó a trabajar en el cine en 1916 como actriz, directora y productora, pero desgraciadamente no se conservan sus películas. Por ello, es la valenciana Helena Cortesina, de quien sí se conservan obras, la que la sucede en el mérito de haber sido la primera directora de cine: Flor de España (1922).

A estas les siguieron otras directoras que continuaron abriendo el camino: la barcelonesa Rosario Pi con El gato montés (1935) o Molinos de viento (1938); la leonesa Margarita Alexandre Labarga con Cristo (1954), La ciudad perdida (1955) y La gata (1956) –las tres codirigidas con Rafael Torrecilla–; la madrileña Ana Mariscal con Segundo López, aventurero urbano (1953) y diez películas más; la alicantina Cecilia Bartolomé, directora de cortos y largometrajes como Vámonos, Bárbara (1978), considerada la primera película feminista realizada en España; la cordobesa Josefina Molina, quizás la última gran pionera española, con películas como Función de noche (1981), Esquilache (1988), Lo más natural (1991), La lola se va a los puertos (1993), o la serie de televisión Teresa de Jesús (1984); la madrileña Pilar Miró, una de las directoras y guionistas más influyentes –quien llegó a ser directora de RTVE– con películas como El crimen de Cuenca (1980), El perro del hortelano (1996) o Beltenebros (1991).

Directoras de cine: la ruptura del techo de cristal en el séptimo arte

A las anteriores cabe citar otro buen número de directoras que las han sucedido: Gracia Querejeta con Una estación de paso (1992), El último viaje de Robert Rylands (1996), Cuando vuelvas a mi lado (2004) o Invisibles (2020); Icíar Bollaín, primero actriz de obras tan emblemáticas como El sur (Víctor Erice, 1983) o Tierra y libertad (Ken Loach, 1994), se lanzó a la dirección con una impresionante filmografía que comenzó con Hola, ¿estás sola? (1995) y llega hasta Maixabel (2021), y que incluye obras tan potentes en su papel de directora como Flores de otro mundo (1999), Te doy mis ojos (2003), Mataharis (2007) o La boda de Rosa; Neus Ballús Montserrat con La plaga (2013) y El viaje de Marta (2019); Carla Subirana con obras como Nadar (2008), Más allá del espejo (2006) o Volar (2012), su obra más reconocida; Mar Coll detrás de producciones como Tres días con la familia (2009), Todos queremos lo mejor para ella (2013) o La inquilina (2015); María Ripoll con películas como Rastros de sándalo (2014), Ahora o nunca (2015), No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (2016) o Vivir dos veces (2019); Isabel Coixet, uno de los nombres más conocidos a nivel internacional, con filmes tan reseñables como Mi vida sin mí (My Life Without Me, 2003), La vida secreta de las palabras (The Secret Life of Words, 2006) o La librería (The Bookshop, 2017); y jóvenes directoras previamente mencionadas como Belén Funes con La hija de un ladrón (2019), Carla Simón con Alcarrás (2022), la zaragozana Pilar Palomero con La maternal, o a las vizcaínas Arantxa Echevarría con Chinas y Alauda Ruiz de Azúa con Cinco lobitos.

Películas nacionales en las que detenerse

Infancia y adolescencia

Concienciar a través del cine

  • Cromosoma Cinco (María Ripoll, 2013)
  • El silencio roto (Piluca Baquero, 2017)
  • Jóvenes invisibles (Isabel Gemio, 2018)
  • Línea de meta (Paola García Costas, 2015)

Historias familiares

Érase una vez… una amistad

  • El camino (Ana Mariscal, 1963)
  • Lejos de África (Cecilia Bartolomé, 1996)
  • Libertad (Clara Roquet, 2021)

Sobre la maternidad

Firma: Javier González de Dios

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