La plaga

Esta película es un interesante trabajo realizado con pocos medios y actores no profesionales. Retrata una parte de la sociedad actual, muy próxima a cualquier espectador pero que no suele ocupar las pantallas de cine o los paneles publicitarios. Emigrantes, ancianos y trabajadores del campo, apecen aquí como cualquier otro ciudadano, luchando por sacar adelante su trabajo, sus pequeños sueños y llevar una vida tranquila y feliz. Curioso y de agradecer, en este mundo nuestro tan globalizado, que oigamos hablar en varios idiomas: castellano, catalán, tagalog y moldavo nos acaban sonando todos cercanos.

La Plaga está a medio camino entre el documental y el drama de ficción, por eso quizá no acabe de enganchar y se haga algo lenta. La frialdad, por decirlo de alguna manera, del documental, le resta tensión a la historia en lo que tiene de largometraje de ficción. Pero es innegable que, al final, el espectador acaba integrándose con esos personajes que se centran en trabajar (aspecto fundamental de la vida bastante desaparecido actualmente de las pantallas de cine y televisión) y que encaran las dificultades con mayor o menor optimismo.

El peso de la película recae en los actores y son los que consiguen que sus historias lleguen al espectador. Puede que simplemente estén haciendo de ellos mismos, pero el modo en el que Iurie nos muestra su ingeniudad y optimismo, la firmeza pesimista de Raül y, sobre todo, la respiración entrecortada de María o el modo de disfrutar de un bombón (grandísimo y emocionante plano) hace a esta pelicula diferente, aunque sea porque nos hace pensar.

Firma: Esther Rodríguez