Marsella

La directora catalana Belén Macías (El puzzle, en el 2000, Mala espina en el 2001 y El patio de mi cárcel en el 2008), después de varias incursiones en famosas series de televisión, regresa a la gran pantalla con este nuevo largometraje titulado Marsella.

En él plasma de forma asaz dramática la problemática que en ocasiones surge entre la verdadera madre de una niña y la que, debido a diversas causas, económicas o ambientales, ha sido la que al adoptarla ha velado, con cariño y dedicación abnegada, los primeros y complicados años de infancia de aquélla.

Para ello cuenta con dos actrices de demostrado valor dramático, María León y Goya Toledo. Tanto una como otra llevan la mayor parte del peso de esta nueva producción, en la que destaca la interpretación de Noa Fontanals en su papel de Claire, la niña en disputa.

El film muestra en sus inicios idéntico plano con el que finaliza, aunque lógicamente no desvele la solución. La labor de las dos protagonistas y la niña mantienen vivo el interés, salvando con nota las diversas fases de intensidad dramática de un guión que, en algunos momentos, chirría con secuencias de dudosa credibilidad.

La cámara, discreta, se limita a una exposición bastante llana del tema, sin altibajos, excepto en el plano final que culmina la cinta y en el que se nota la buena mano de la directora Belén Macías con toda seguridad.

Marsella (el título no es más que el nombre de la ciudad francesa a la que se dirigen para conectar con el padre de la niña) pone de nuevo sobre el tapete este tema universal del que surgen tan importantes dudas. ¿Quién es más madre de las dos? ¿La que ha tenido a su hija en sus entrañas, contando uno a uno los meses de gestación, o la que ha vigilado cada hora de sus primeros años, con auténtico sacrificio, pero proporcionándole un nivel de bienestar que jamás hubiese podido alcanzar con la primera? “Ser o no ser”…

El final de la cinta desvela la solución. Evidentemente la solución para este caso concreto. Aunque dicen que…”madre no hay más que una”. ¿Será verdad?

Firma: Joaquín Guitart