The wilds es literalmente una salvajada que queda alarmantemente disimulada por los numerosos puntos fuertes que tiene la serie.
The wilds es literalmente una salvajada que queda alarmantemente disimulada por los numerosos puntos fuertes que tiene la serie.
Esta miniserie atrae al tablero a espectadores ajedrecistas y a legos. Con una narración consistente y una sugerente puesta en escena, la historia habla de lo esencial a través de lo que pasa cuando se pierde.
Una historia de incomprensión y sufrimiento que pretende reflejar como se vive el patinaje artístico fuera de la pista. Aquí, las situaciones se han forzado tanto que no logra convencer.
Segunda adaptación de la novela homónima de James Herriot. Tierna, optimista y deliciosa historia para disfrutar tranquilamente.
Serie llena de tópicos que empieza muy bien en la primera temporada, pero cae en picado en la segunda. Después se canceló. Podía haber sido una buena serie.
Este viaje a los inicios del clásico personaje de la literatura sueca, varias veces llevado a la ficción, resulta convincente, entretenido y sugerente.
Saul Dibb dirige cuatro capítulos muy bien documentados acerca de los envenenamientos de Salisbury, con grandes interpretaciones que ayudan a dar el toque dramático para alejar al producto del género documental.
La miniserie basada en el libro de James Comey cuenta con una buena ambientación pero una caracterización de personajes poco trabajada. Le falta rigor histórico y el exceso de drama la asemeja a una tragedia de Shakespeare.
Esperanzadora y tierna historia de personajes en la que prima una visión heroica de las pequeñas cosas cotidianas.
Sorogoyen compone un relato contundente y apasionante para un público adulto, paciente y despierto