Helena Taberna guía a la audiencia en un recorrido a través de las vidas de diferentes refugiados en un documental poco enérgico, con fotografía bonita, pero que muestra una existencia desesperanzadora.
Más allá de la historia en la que se basa, cuya valentía hace engrandecer el alma del espectador y en la que el suspense atrapa desde el principio, la película sirve para pasar el rato y poco más.
María Ripoll regresa a la dirección con una comedia-dramática que aglutina a las diversas generaciones de una familia en una búsqueda in extremis. Entretenida y emotiva.
Nueva propuesta de acción vengativa paterna protagonizada por Liam Neeson. Esta vez, no es eficaz la trama ni los personajes, pero si no se busca eso y solo golpes y nieve puede resultar.
Alicia y Paco Luna escriben una trama carente de interés e interpretada por un actor que debería ser cómico, pero que tiene muy poca chispa.
Un film de temática homosexual que abunda en la situación que vivía, en los 90, una parte de este colectivo. Su propuesta narrativa se queda en un documento personal y de marcado existencialismo hedonista.
Potente ejercicio visual que ilustra la lucha obrera de cuando los trabajadores se mojaban por los derechos de todos y los sindicatos no vivían del cuento.
Un grandioso final para las 22 películas de Marvel Studios que no decepcionará a sus fans y les hará vivir una magnífica e irrepetible experiencia que, probablemente, no se parezca del todo a lo que esperaban.
Willem Dafoe interpreta uno de los mejores papeles de su carrera, en un film que rinde homenaje al genio neerlandés recorriendo, desde su mirada, los paisajes que le inspiraron su obra.
Verano del 84 es un homenaje al cine de género juvenil, una película para melancólicos, que comienza con un aire de Goonies que, poco a poco, se va transformando en una cinta de terror más propia de Stephen King.