Una sugerente ópera prima que atrapa por su conjugación de géneros, pero al mismo tiempo resulta desconcertante. Cuenta, además, con un magnífico trabajo interpretativo y sugerentes reflexiones.
El punto de partida del primer largometraje de Halfdan Ullmann Tøndel es un aterrador hipotético hecho, cuyas pruebas no son definitorias, en las que se proyecta un conflicto adulto en unos niños de corta edad. Por suerte, el director no se enfanga en ello y pronto regresa a los círculos adultos, para indagar en ellos y exponer cómo sus problemáticas acaban afectando a sus hijos. Porque sí, las escuelas sirven para educar, pero la enseñanza también debe venir de casa.
A pesar de ser puramente un drama, La tutoría entremezcla aspectos de otros géneros para conformar una personalidad propia. Por un lado, se recurre a un humor cercano a la sátira para enfatizar la ridiculez de ciertas personas ante situaciones amenazantes e incómodas. Por otro lado, se construye una tensión desde los diálogos, el diseño sonoro y la música que recuerda a la sostenida por los thrillers. A todo ello, ayuda un gran trabajo interpretativo liderado por Renate Reinsve, Ellen Dorrit Petersen y Thea Lambrechts Vaulen.
En el desconcierto general, la película parte de un tono mucho más realista y, poco a poco, va introduciendo pequeños paréntesis a modo de metáforas visuales. Mediante coreografías fantasmagóricas, esos incisos sirven para, de forma inusual, indagar en la psique de los protagonistas desde lo sensorial o alzarse como apuntes simbólicos.
Lo que queda claro tras el visionado de la obra es que la gente a veces cree saber más de lo que sabe y que muchas veces distorsionan la realidad en base a las preguntas que se hacen y a la forma de contar los hechos. En definitiva, la verdad absoluta es algo ante lo que ser cautos. Y en esa reflexión en torno a la verdad y la mentira, la ópera prima del noruego es también un viaje a través de los límites, las proyecciones que hacemos de los otros y la construcción de realidades sesgadas, la educación más allá del aula, la rapidez con la que prejuzgamos y la vulnerabilidad de ciertas instituciones a las que entregamos nuestro bienestar o plena confianza.
Firma: Yoel González
Armand, un niño problemático de primaria, es acusado de un acto de violencia grave contra su compañero y amigo Jon. Un consejo escolar llama a sendos padres para discutir lo ocurrido y tratar de hallar una solución al conflicto. Sin embargo, pronto se descubre que no queda claro exactamente lo que ha ocurrido. Así, comienzan a surgir toda una serie de cuestiones que muestran una realidad sesgada y se ponen sobre la mesa temas inesperados.