A pesar de alguna buena actuación, la película se va deshinchando a cada segundo. Con un montaje y banda sonora en muchas ocasiones molestos, el avance de su trama resulta ridículo y no se sostiene.
A pesar de alguna buena actuación, la película se va deshinchando a cada segundo. Con un montaje y banda sonora en muchas ocasiones molestos, el avance de su trama resulta ridículo y no se sostiene.
Recorremos la India y otros lugares a través del mundo visual de Isabel Herguera, quien, tras años trabajando, consigue traer a las salas una historia con carácter propio que, aunque un tanto confusa, se disfruta.
Ruben Östlund articula una crítica muy divertida sobre la alta esfera social y el capitalismo extremo. Aun con escenas acertadas, el film resulta grotesco e irregular por momentos, lo que puede desalentar a cierto público.
Ken Loach propone una historia de fuerte calado social que, a pesar de la artificiosidad de ciertos diálogos y escenas, se muestra bienintencionada en su voluntad por transmitir mensajes de solidaridad, generosidad y empatía.
La reunión de varias mujeres maltratadas de una comunidad religiosa da lugar a un discurso evidente por momentos que invita a reflexionar. Además, cuenta con un elenco estelar y una fotografía muy cuidada.
Esta comedia francesa mezcla humor fino, personajes encantadores y un poco de romance para invitar al espectador a superar los problemas de comunicación. El resultado es un film entretenido, que hace reír y a la vez conmueve.
Pueril historia de enamoramientos tardíos y decisiones precipitadas. Los directores abogan por un relato sentimental lleno de lugares comunes y algo de humor.
El film es una maravilla visual y argumental. El pequeño Nicolás no solo apela a la belleza con sus ilustraciones, sino que despliega una gran sinfonía de emociones que llega a las más diversas audiencias.
La película retrata con crudeza los casos de abuso en el mundo de la interpretación. Utiliza la gran pantalla como medio para aquellas personas que fueron silenciadas en su momento.
El viaje de un burro se convierte en una pesadilla vital para el pollino protagonista y para el espectador alejado del estilo del director polaco. La estridencia de luces y sonido no ayuda nada a su mensaje.