
Una película madura y brillante, sembrada de emoción y violentamente honesta que, en ningún caso, debe pasar desapercibida. El cine nos llama. Acudan en masa.
Una película madura y brillante, sembrada de emoción y violentamente honesta que, en ningún caso, debe pasar desapercibida. El cine nos llama. Acudan en masa.
El film parece un remake de La Bella y la Bestia en versión anime moderno. Sin embargo, la historia se presenta como un viaje emocional por los traumas de un personaje sensible hacia un proceso de desarrollo personal.
Inspirada en el libro de Joe Hill, The Black Phone presenta una película de terror donde los jóvenes protagonistas se enfrentan a un siniestro secuestrador. La lograda ambientación y el acertado reparto elevan la calidad del proyecto frente al guion previsible.
Junichi Satō y Yū Kamatani se alejan de una secuela estricta en esta adaptación del famoso anime en su vigésimo aniversario, y apuestan por un coming-of-age que enternecerá a los fans ya adultos de la serie.
La biografía de Siegfried Sassoon era más prometedora de lo que logra captar Benediction. El film empieza a decaer cuando se centra en los amoríos del protagonista y se convierte en un relato artificial y demasiado largo.
Brad Pitt es el gancho de un film en el que los disparos y la sangre no dejan descanso. Dejando aparte el alarmante festival de muertes, la película funciona con grandes actuaciones y efectos especiales.
Black box se presenta como un film original aunque la trama no es novedosa. El guion es impecable, las interpretaciones verosímiles y la dirección logra la atención del público durante todo el metraje.
La historia de Benedetta se narra sin coherencia alguna, con una gran cantidad de imágenes eróticas y violentas. Es una propuesta irreverente y, aunque cuenta con buenas actrices, el resultado es grotesco, tedioso y ofensivo.
El director, guionista y actor Justin Chon lidera un film de denuncia social, justificado y con buenas intenciones. No obstante, el tono demasiado melodramático aleja al espectador que no quiera excesos.
El trabajo de Juan Antonio Moreno es peculiar en su fondo y en su forma. La cámara sigue a varios refugiados y expone su visión acerca del país que los ha acogido, mientras la voz en off del director acompaña las imágenes.