Cine y música: lo sonoro en lo visual (I). Blog cine

La música suele ser el personaje olvidado del cine, tan omnipresente como olvidado. El cine es un arte exquisito para la docencia y para la humanización, pero lo sonoro convive en comunión con lo visual en el séptimo arte y cuando le sumamos la música se le añade un valor esencial.

“La música es un eco del mundo invisible” y, para confirmar esto, dirigimos nuestra mirada a directores, compositores musicales y películas en las que la música es mucho más y sin la cual no se podrían entender igual algunas películas.

El “tercer personaje” y el leitmotiv

Cine y música: lo sonoro en lo visual (I)

La música es ese “tercer personaje” que permanece en una discreta posición y, consciente o inconscientemente, dispara las emociones y reflexiones al compás de las notas y alrededor de las melodías. Entre las funciones de la música audiovisual, el elemento narrativo por excelencia es el leitmotiv. Esta técnica musical, desarrollada en las óperas de Richard Wagner en el siglo XVIII, ha sido adoptada por su enorme versatilidad comunicativa, ya que permite al compositor caracterizar un personaje, situación o elemento determinado, una idea o un sentimiento.

Podemos entender la esencia de este recurso artístico a través de algunas películas:

En Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988), la vida de Totó se convierte en uno de los más bellos homenajes al cine apoyándose en la inolvidable banda sonora de Ennio Morricone.

Las canciones en Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) hacen un recorrido histórico por la vida del personaje y se incluye un verdadero leitmotiv: “Forrest Gump Suite”.
En Patch Adams (Tom Shadyac, 1998), uno escucha la música mientras se dispone a ver la vida de otra manera y a creer en el valor de la risoterapia y la humanización de los hospitales con piezas esenciales para transportarnos en la emoción, como “Children’s Ward”, “Speech/children reprise” o “Butterfly/noodle pool”.
La música de Bruno Coulais convierte la melodía y las canciones en un personaje principal de Los chicos del coro (Christophe Barratier, 2004). Además, algunas frases expresan el valor de la música en la educación de la infancia, como esas palabras del profesor Clément Mathieu: “Están cantando… no cantan bien, pero cantan” o “La música cambia a las personas”