Intocable

Una comedia amable con excelentes interpretaciones. Olivier Nakache y Eric Toledano explican el tema de la discapacidad desde un punto de vista cómico, sin caer en tópicos dramáticos. Los dos actores protagonistas bordan su papel a lo largo de todo el metraje, otorgando veracidad a una historia surrealista. El personaje interpretado por Omar Sy, Driss, consigue meterse al espectador en el bolsillo desde el primer minuto por su peculiar carácter y manera de ver la vida. Un tipo acostumbrado a vivir rodeado de drogadictos y criminales, fumador de marihuana y con un sentido del humor descomunal entabla amistad con un multimillonario habituado a grandes lujos y a la música clásica. François Cluzet por su parte, logra mostrar a un paralítico cansado con su día a día que, gracias a Driss, consigue ver la vida de otra manera y descubre en sí mismo una ironía que desconocía.

Paralelamente a la trama principal, la película muestra pinceladas de cómo es la vida en los suburbios de París. El núcleo familiar de Driss, problemas con las drogas y el trabajo duro de una madre para levantar una familia son aspectos que se vislumbran en Intouchables. Pese a estos momentos del largometraje, en los que se prescinde de la parte cómica, el film no pierde el aire de comedia que le caracteriza y consigue transmitir varios mensajes simultáneos sin caer en dramatismos.

En los primeros minutos de la cinta, con poco diálogo y miradas que hablan por sí solas, los directores son capaces de describir la personalidad de ambos protagonistas. Seguidamente, un flashback narra la historia de su encuentro, para después volver, de nuevo, a la escena inicial. Un recurso que hace que Intouchables sume más puntos en el resultado final.

Esta obra de Olivier Nakache y Eric Toledano contiene varios valores tales como la fortaleza, la amistad, el respeto y la confianza con dosis de humor que rebosan por los cuatro costados.

Firma: Laura Llauradó