Voy a pasármelo bien

Voy a pasármelo bien es una propuesta desenfadada que subraya la importancia de la amistad –y también aprovecha su mensaje para dar visibilidad, entre sus protagonistas, al colectivo LGTB, aunque sin exaltarlo demasiado–. Narra la historia de David y Layla, dos jóvenes –ahora adultos– que se conocieron en la escuela cuando terminaban la EGB. David se enamoró enseguida de Layla, pero fracasó en sus intentos de conquistarla. Ahora, años después, la pareja vuelve a reunirse.

El argumento de la película hila una misma trama desde dos lapsos temporales distintos, uno situado en 1989 –que aparece mediante largos flashbacks– y otro en el presente. Raúl Arévalo y el debutante Izan Fernández se encargan de dar vida al papel principal, rodeados de varios actores ya conocidos como Karla Souza.

Una de las cosas que une a los protagonistas es su gran pasión por las canciones de los Hombres G. Este pretexto permite intercalar los mayores éxitos de la banda a lo largo del film, convirtiéndolo, en última instancia, en un cierto homenaje al grupo musical. A la música la acompañan números de baile y coreografías enérgicas que añaden una divertida teatralidad al producto. Las piezas musicales son oportunas y no se hacen pesadas o demasiado numerosas. Aparte de esto, hacen el drama ameno y restan severidad a los dilemas por los que pasan los personajes.

En definitiva, Voy a pasármelo bien es un musical alegre lleno de escenas cómicas y con algún que otro pensamiento profundo sobre la amistad. Asimismo, cuenta con actuaciones de calidad y es adecuada para todos los públicos. Por todo ello, la cinta consigue un muy buen resultado en su conjunto.

Firma: Irene Jordán