
Una secuela de las aventuras arácnidas de Miles Morales a la altura de su predecesora. La magnífica animación y el equilibrio de acción, comedia y emotividad ofrece una obra de superhéroes de entretenimiento y de calidad.
Una secuela de las aventuras arácnidas de Miles Morales a la altura de su predecesora. La magnífica animación y el equilibrio de acción, comedia y emotividad ofrece una obra de superhéroes de entretenimiento y de calidad.
Jafar Panahi brinda una sugerente obra cuya inteligencia crítica se presenta desde el propio título. Una reflexión sobre el poder, las costumbres inflexibles y un retrato comunitario bajo el telón de dos romances.
Una devastadora historia construida desde múltiples puntos de vista, donde la violencia sabe encontrar un equilibrio sin frivolizar. El dúo directoral construye un relato trágico y visceral, pero sugestivo y con destellos bondadosos.
Laia Costa, con su impecable interpretación, lleva las riendas de una historia sobre nuevos comienzos y reencuentros con uno mismo. La trama avanza en calma como si de un lento proceso de sanación se tratara.
“La música es un eco del mundo invisible” y, para confirmar esto, dirigimos nuestra mirada a directores, compositores musicales y películas en las que la música es mucho más y sin la cual no se podrían entender igual algunas películas.
A pesar de que algunos elementos o momentos chirríen contextualmente, este nuevo live action consigue honrar a la original y entretener. Lo mejor, sin duda, es su sólido reparto, sus dúos cómicos y su magnética protagonista.
Francesca Archibugi presenta un drama emotivo que abarca mucho y cuenta poco. El film comprende la narración de una vida entera con interesantes personajes pero, aun así, se acaba perdiendo entre bamboleos.
Esta nueva entrega de acción frenética y pobre guion hará las delicias de los seguidores de la saga. Más allá de todos los artificios y complicaciones sin novedad, Jason Momoa destaca en su papel como villano.
Las montañas son el lienzo de esta historia de amistad, sobre el que se reconstruyen relaciones. Pese a su innecesaria literalidad, la película deja un bonito listado de cuestiones sobre las que reflexionar.
Marina Foïs sostiene el peso de la película con su versátil interpretación. Sin embargo, la obra no acaba de afianzar un discurso claro que cale en el espectador y termina siendo un fugaz guiño a la obra de Spielberg.