La celebración del Día Mundial del Medio Ambiente es el 5 de junio, un día que funciona, desde 1974, como la plataforma mundial más grande organizada por las Naciones Unidas para la divulgación y celebración alrededor del globo de nuestro mundo y su naturaleza.
Así pues, desde Contraste, nos unimos a esta celebración y os traemos un recopilatorio de películas que conmemoran, defienden y protegen, de alguna manera, el planeta y sus cuidados.
Protección del paisaje y ecología
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y el cine es muy consciente de ello. Es por ello que grandes superproducciones de Hollywood como Avatar, que además de haber batido récords históricos en taquilla, no solo crea un mundo fantástico y apasionante, sino que además cuenta una historia que defiende la protección y conservación de Pandora, el planeta que habitan los Na’vi.
Además, recientemente se han estrenado películas como Dune, una crónica sobre la ecología y la explotación del medio ambiente, o Alcarràs, un relato humano y vinculado orgánicamente con el campo. Ambos filmes están muy conectados con el entorno, y son conscientes de la responsabilidad social que este tipo de historias conlleva.
Los más pequeños también deben ser concienciados acerca de este tipo de problemáticas y, por eso, Disney o Illumination no dudan en producir largometrajes como Wall·E o Lorax: en busca de la trúfula perdida, aventuras custodiadas por la necesidad e importancia de la preservación de la Tierra.
Asimismo, otro estudio cinematográfico como el Studio Ghibli nos trajo Nausicaä del valle del viento, basada en un mundo post-apocalíptico en el que sus habitantes sobreviven a duras penas a orillas de un bosque contaminado.
En esta misma línea, la reciente Aguas oscuras narra el juicio que se llevó a cabo por el caso grave de contaminación ambiental en West Virginia, una buena y acertada apuesta por la conciencia y riesgo ético del cuidado de la salud pública.
Ecosistema y fauna
Los documentales hacen eco de la importancia de los espacios naturales de nuestro planeta, no solo el que habitamos los humanos, sino en el que cientos de miles de especies sobreviven. Dehesa, el bosque del lince ibérico nos lo plantea así, un bonito recopilatorio de imágenes que plasma la tranquilidad de los bosques que forman la Dehesa.
Por otro lado, un film como Mi gran pequeña granja narra cómo, en pocos años, es posible transformar un desierto abandonado en un refugio para la biodiversidad. Además, Las maravillas del mar nos acerca a las rarezas que esconden los océanos, mostrando también la diversidad de muchos ecosistemas marinos y cómo poder conservarlos.
Otra sugerencia documental es Plastic planet, un reflejo de la importancia de la cuestión del plástico y su larga duración en nuestro planeta. Desde luego, resulta un interesante golpe de realidad que urge a un cambio inminente para cuidar la Tierra antes de que el daño sea irreversible.
El hombre ante la naturaleza
La raza humana y los distintos hábitats en los que reside han tenido siempre un reto de convivencia. Aunque en muchos casos pueda parecer algo incompatible, hay ciertos largometrajes que demuestran lo contrario. Este es el caso de La tortuga roja, un bonito relato de coexistencia entre un náufrago y la isla desierta que habita. No solo vemos, en primicia, lo que sucede cuando el hombre se enfrenta a un medio inexplorado, sino la interesante relación que desarrolla con una tortuga roja.
Por otro lado, Hacia rutas salvajes también nos ofrece una mirada intrínseca entre el paisaje natural y Christopher, un joven aventurero que deja de lado su vida normal para explorar, durante dos años, parajes alejados del mundo urbano.
Finalmente, redescubrimos la reciente Nomadland, un retrato íntimo entre el entorno y Fern, una mujer que decide subirse a su furgoneta y empezar a descubrir la vida nómada. Estas propuestas reflejan, de distinto modo, la importancia de la relación humana con el espacio en que habita. Además, destacan, de alguna manera, el valor y envergadura que tiene cuidar la naturaleza y la belleza que se esconde detrás del mundo que tan poco solemos valorar.
Coexistencia con la fauna salvaje
Algunos títulos han sabido reflejar la belleza e importancia que tienen las relaciones entre los humanos y los animales salvajes. Aunque pueda parecer una relación inconcebible, en ciertos casos nos han demostrado lo contrario.
El primer ejemplo claro es Mia y el león blanco, un bonito drama de aventuras que narra la fuerte relación que entablan Mia, la protagonista, y Charlie, un león blanco. En este caso, no solo se refleja la amistad entre la chica y el animal, sino que también se celebra y defiende la protección del medio que ambos habitan: una colonia africana en la que viven Mia y su familia.
Otro caso similar es el de El lobo y el león, otro largometraje dirigido por el matrimonio de Maistre que también muestra la bella relación entre un lobo, un león y la joven Alma, tres huérfanos que acaban formando una inusual familia. De nuevo, el film vela por la defensa no solamente de los animales, sino del entorno y ecosistema en el que viven.
Algo similar sucede en La vida de Pi, la biografía de un joven de 17 años que, tras sufrir un naufragio, se ve forzado a aprender a convivir junto con un tigre en un bote. Sin duda, resulta un entrañable relato de convivencia entre un humano y un animal salvaje.
Finalmente, Una aventura extraordinaria, basada en unos hechos reales sucedidos en 1988, narra las aventuras de una joven activista para salvar a tres ballenas que quedaron atrapadas entre el hielo en un lugar remoto del Círculo Polar Ártico. La crónica procura, sobre todo, reflejar la envergadura de la custodia y conservación de los animales salvajes.
Conclusiones
Por lo general, estas películas reflejan, de un modo u otro, lo crucial que es proteger tanto la relación que tenemos con la fauna de nuestra tierra como el cuidado con el que debemos tratar el ecosistema y el entorno natural. Tan solo contamos con un mundo, y su protección y conservación depende plenamente de los humanos.
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Firma: Laura Castro