Tras el fracaso comercial de David Lynch al adaptar la novela de Frank Herbert, Denis Villeneuve asumió el reto, 37 años después, de llevar Dune de nuevo a la gran pantalla, lo que generó múltiples dudas y, a su vez, gran expectativa. El desafío era considerable, pues la trama es de grandes proporciones físicas y filosóficas. Y aunque, seguramente, haga falta ver la siguiente entrega para formular un juicio más preciso, puede decirse que el director ha superado con creces “el maleficio” que se cernía sobre el título.
Como ya hizo en sus anteriores trabajos de ciencia ficción (La llegada, Blade runner 2049), este cineasta cuida el detalle de cada fotograma como si fuera una obra de arte. El diseño artístico es apabullante, tanto por el vestuario como por la arquitectura. El espectador puede deleitarse en la contemplación de las diversas naves espaciales, armas o estancias de palacio y quedar hipnotizado por esta superproducción. El canadiense recrea diferentes planetas, dotando a cada uno de personalidad propia, con sus paletas de colores y su configuración, de manera que uno nota la sed en el desierto, en contraste con la humedad del resto de la galaxia.
Y sí, la película peca de excesos. Es excesiva en ruidos, metraje, decorados e incluso en la banda sonora de Hans Zimmer, algo que puede molestar a cierto público. No obstante, estos delirios de grandeza –tan adecuados al universo que retratan– conforman un contenido visual épico y satisfactorio para la mayoría. Sin duda, Villeneuve ha conseguido una experiencia sensorial embriagadora que merece la pena ser vivida –y disfrutada– en una sala de cine.
Por otro lado, ha sido una buena idea dividir la historia sin intentar condensarla en una sola cinta. De esta manera, la exposición es muy clara: el relato está perfectamente estructurado para comprender, sin mucho esfuerzo, el desarrollo de los hechos y la evolución de personajes. En esta crónica de engaños y traiciones, Denis Villeneuve mezcla culturas y expone temas como el colonialismo, la ecología y la explotación del medio ambiente o la búsqueda de identidad. Sin embargo, no acaba de profundizar en ello, probablemente para hacerlo en una futura secuela.
Uno de los grandes aciertos es el casting de estrellas seleccionadas para la película. Cada uno aporta carisma a su papel, así como también humanidad. La mayoría del peso del film recae sobre Timothée Chalamet quien, aunque no aparenta ser el héroe mesiánico que reclama el cuento, otorga un desasosiego inquietante y veraz a su rol y hace un tándem fascinante con Rebecca Ferguson.
En definitiva, Dune es un conjunto de protagonistas bien definidos, escenarios deslumbrantes y mucha acción que impactan; eso sí, con un ritmo pausado que, curiosamente, no hace que el largometraje sea lento.
Firma: Patricia Amat
Director: Denis Villeneuve
Guionistas: Denis Villeneuve, Eric Roth, Jon Spaihts
Intérpretes: Jason Momoa, Javier Bardem, Josh Brolin, Oscar Isaac, Rebecca Ferguson, Stellan Skarsgard, Timothée Chalamet, Zendaya
Género: Aventuras, Ciencia-ficción, Drama
País: Canadá, EE.UU.
Fecha estreno: 17/09/2021
Lenguaje: Coloquial
Arrakis es un planeta que lleva mucho tiempo dominado por los Harkonnen. Despúes de años de tiranía, el emperador cede el control del territorio a la casa de los Atreides. El duque Leto, su hijo Paul y el resto de la familia viajan allí con la esperanza de restaurar el orden y ganarse la confianza de los Fremen (oriundos de Arrakis). Sin embargo, pronto descubren que les han tendido una serie de trampas y se ven envueltos en engaños y traiciones.
Título original: Dune
País: Canadá, EE.UU.
Duración: 155'
Fecha producción: 2021
Distribuidora: Warner Bros
Color: Color