Un insulso reboot que se aborda con un guion repetitivo y monótono, se recrea en la violencia gratuita y busca su único potencial en sustos fugaces. Al final, tan solo queda una propuesta de terror desangelada y olvidable.
Un thriller político basado en los últimos meses de vida del diplomático Dag Hammerskjöld. Entre lo factual y lo íntimo, la película encuentra su valor en el elogio a la honestidad, la paz, la justicia y el bien colectivo.
El diseño de los efectos visuales cuidado al detalle sumerge al espectador en su universo distópico. Pese a sus tropiezos de guion, se llena con una serie de valiosos mensajes, sobre todo en lo concerniente al medio ambiente.
Este thriller, escrito y dirigido por un cineasta español debutante, incluye fuertes dosis de violencia que intenta justificar, mientras deja en el camino algunas sugerencias sobre comunicación social.
Mandy es un divertido homenaje a la cultura metalera y a las películas gore con todos sus excesos, que gustará a los fans del género y aburrirá a quien busque un rato de acción o cualquier otra cosa.