Enésima versión de la tragedia del Titanic (el mítico transatlántico hundido la noche del 14-15 de abril de 1912), que está haciendo furor entre la crítica y el público mundial. Se trata de un impresionante film-espectáculo, cuyo coste casi alcanza los 300 millones de dólares y que en la primera semana de estreno en USA (en las Navidades de 1997) consiguió ya la cifra de 88 millones de dólares; mientras que en Barcelona, sólo en sus primeros siete días de exhibición, ha alcanzado los 33 millones de pesetas.
En fin, esta gran película, la más cara de la historia, producida por dos majors de Hollywood: Paramount y 20th Century Fox recuperará con creces su enorme inversión y es muy probable que también se transforme en la más taquillera del Séptimo Arte, superando el récord de los filmes de Steven Spielberg. Su director y guionista es James Cameron, un artesano de la industria norteamericana que viene avalado por como éxitos Terminator y Alien. Fascinado por la tragedia del Titanic, se lanzó a reconstruir el célebre hundimiento del poderoso barco cuyos ingenieros tuvieron la osadía de afirmar que “no lo hundiría ni Dios” para el goce de los espectadores de hoy. De ahí que construyera una réplica del transatlántico al 90% de su dimensión y evocara aquella época con unos vestuarios y decorados que parecen totalmente reales.
Realismo y fuerza visual que también ha dado a las secuencias del inolvidable accidente asistidas por el ordenador y unos efectos especiales que no tienen nada que envidiar a los de Spielberg, cuyo patetismo se trasmite al ánimo del aficionado, pues asistimos y sufrimos como un tripulante más del Titanic. Asimismo, para darle mayor credibilidad y dimensión dramática a la trama, Cameron ha concebido una historia de amor un tanto anacrónica, que viene a ser el hilo conductor de la gran tragedia.
Combinando el presente el arranque del filme también es impresionante con el pasado resucitado, la hoy anciana Rose, la protagonista-superviviente, de alta sociedad cuenta en flash-back su drama romántico-pasional con un joven de 23 años, Jack, de modesta condición social y logra meter al espectador más en aquella histórica tragedia colectiva. Una tragedia llevó al fondo del océano Atlántico a nada menos que 1.528 personas entre pasajeros y tripulantes; mientras sólo 700 almas vivieron para contarlo.
En esta nueva reconstitución del hundimiento del Titanic, la más ambiciosa y posiblemente definitiva, se ha contado con el asesoramiento de sendos historiadores: Don Lynch y Ken Marshall, quienes han sido rigurosos en la recreación de tipos y ambientes: desde la salida del puerto de Southampton hasta las fiestas en el barco, o las calderas del transatlántico y el choque con el iceberg…; lo cual ha permitido al director dar un toque de crítica social a este simbólico accidente; pues siempre se ha hablado del vergonzoso clasismo que se dio en esa tragedia, el cual vino a ser como el “canto de cisne” de una condición social, “el hundimiento de los valores e instituciones de la civilización liberal”, en palabras de J. J. López Burniol que entraría en crisis con el crack del 29. Pero James Cameron no se ha detenido demasiado en el análisis sociopsicológico de un período; y sí, en cambio, en el poco creíble idilio sentimental de la ficticia pareja protagonista, que encarna con fuerza Kate Winslet (la hermana menor de Sentido y sensibilidad) y Leonardo DiCaprio (más notable este ascendente galán), añadiendo además, todo hay que decirlo, fáciles concesiones eróticas de cara a la galería.
Como apunte, este fenómeno sociológico que se titula Titanic ha abierto un museo y se organizan viajes al fondo del océano para visitar los restos del original. Ya ha amortizado con creces su enorme inversión: a dos meses del estreno había llegado a los 900 millones de dólares (multiplicando por tres su coste), alcanzado asimismo el récord como la película más taquillera de la historia y obteniendo los más importantes Oscars de la Academia: once estatuillas, que incluyen Mejor película y Mejor director.
Firma: Josep Maria Caparrós
Extras DVD:
- Audio: español, inglés
- Subtítulos: inglés, español
Atlántico Norte, años 90. Un grupo de investigadores se sumerge hasta los restos del Titanic con el propósito de recuperar un diamante que perteneció a Luis XVI. Pero en su lugar hallan el dibujo de una dama, cuyo busto desnudo exhibe la codiciada joya. Emitido éste por televisión, la dama se reconoce y se presenta ante el equipo, acompañada de su nieta. Rose De Witt, que ahora tiene cien años, fascina y conmueve con su “secreto” a los investigadores.
