El visitante

El visitante se basa en el libro que, bajo el mismo título, Stephen King publicó en 2018. Esta nueva dosis del universo sobrenatural del prolífico autor ofrece una atmósfera lúgubre y opresiva, y un desarrollo narrativo a medio camino entre un drama criminal nórdico y su tan conocida novela IT.

Como es sabido, King posee un sello propio y, por supuesto, la serie viene marcada por ese ritmo perfectamente medido de sus novelas. Sin embargo, en esta producción, la lentitud acaba generando una densidad entorno a algunos diálogos y escenas que se podrían haber recortado. De todas formas, el buen hacer del reparto coral y el gran arranque de la serie consiguen engancharte aún cuando parece que no ha habido evolución alguna en la trama.

El visitante requiere de paciencia, los puntos álgidos caen con cuentagotas, pero el mal que plantean no decepciona y se torna muy real. Es el choque entre un detective old school (Ben Mendelsohn) –extremadamente racional e incapaz de creer la existencia de un mal que no sea humano–, con otra detective (Cynthia Erivo) abierta a posibilidades no heterodoxas –y con sus propias características especiales–, lo que nos permite cruzar poco a poco la fina línea entre lo natural y lo sobrenatural y aceptar fácilmente que nos encontramos en el terreno de lo espeluznante.

En este punto debemos reconocer que la serie apuesta y gana en un juego complicado, este viaje hiperrealista no era la opción fácil. Los espectadores que sí esperen una serie cargada de sangre y sustos quedarán decepcionados. Los que se permitan sentir el terror de una investigación tan real, serán recompensados.

Firma: Estefanía González