Drama, acción y una dosis de violencia recogen en esta serie una historia de delincuencia y corrupción. Se muestra así el ambiente de un periodo marcado por la posguerra y la lucha por salir adelante escondidos tras la ilegalidad.
No hay duda del éxito alcanzado por Peaky Blinders entre las series ofertadas por Netflix. La ambientación, la fotografía y la música son excepcionales. A esto hay que añadir que cuenta con un excelente reparto.
La serie tiene logros como el de introducirnos en el ambiente de los suburbios británicos de la postguerra. Refleja en los personajes las consecuencias psicológicas que dejaron en ellos los dramas vividos en el campo de batalla y cómo para salir adelante escogieron el camino de la ilegalidad. De alguna manera, parece que el sufrimiento pasado justifica su estilo de vida.
Otro logro es el de presentar una familia unida que toma decisiones en consenso y en la que los hermanos se defienden y cuidan unos de otros, eso sí, empleando medios violentos sin ningún escrúpulo. Una figura importante es la tía Polly, que rodeada de hombres, constituye el referente al que consultan el modo de afrontar las diferentes situaciones. Representa así el empoderamiento de la mujer.
El marco en el que se desenvuelve la acción es el de la corrupción y desde este punto de partida resulta difícil elevar las miras hacia horizontes más altos. El ambiente y el modo de vivir de los personajes muestra un mundo sórdido y burdo, en el que el recurso del alcohol, el sexo y la violencia están a la orden del día.
Es una serie que consigue entretener y es lo que justifica su éxito, aunque lo hace a costa de salpicar sangre y expresiones bastante soeces. Se echa de menos reflexión y profundidad en el problema humano que han vivido y que es causa de su comportamiento. La familia Shelby vive en su mundo y solo se preocupa de progresar a costa de lo que sea. Tommy se presenta como un personaje frío, afectado por la guerra, y al mismo tiempo parece ser el más inteligente de todos por no decir el único. Es difícil penetrar en A su vez el inspector Campbel es un hombre cruel que recuerda a los jefes de las películas nazis y utiliza métodos despiadados para sacar la información que necesita a sus detenidos.
Se trata de una serie basada en hechos históricos que quiere aproximarse a un escenario real. Si bien parece que lo consigue en cuanto a la ambientación y el vestuario, lo hace de manera imprecisa en lo que se refiere a la caracterización de los personajes.
Firma: Mª José Ocaña
Peaky Blinders es el sobrenombre de un grupo de gansters dirigido por una familia de origen gitano y clase baja. Se reconoce a los miembros de esta banda por el arma con que se defienden o atacan cuando las cosas no salen como a ellos les gustaría. Por ejemplo: hojas de afeitar cosidas en la parte trasera de sus boinas con las que hieren de manera sangrienta los rostros de sus enemigos.
La acción tiene lugar en Birmingham en 1919, durante el periodo inmediatamente posterior a la Primera Guerra Mundial. Tommy Shelby, jefe del clan, y sus dos hermanos, han participado en la contienda que ha dejado en ellos diferentes secuelas indelebles y traumáticas, con las que cada uno convive según su personalidad. La familia dirige un local de apuestas de carreras de caballos –regentado en su ausencia por su tía Polly– que les sirve para progresar y, a la vez, tapar sus crímenes y extorsiones. Las dificultades que conlleva dirigir un negocio de estas características y las diferencias políticas entre Tomy y su mejor amigo, Fredie, líder comunista que mantiene a escondidas una relación con su hermana Aida, son obstáculos a los que los protagonistas deberán hacer frente.
A esto se suma la persecución implacable llevada a cabo por la policía al mando del inspector Chester Campell, que no cejará en su empeño por limpiar la ciudad de criminales al precio que sea.
