Las emociones en el cine

Las emociones del cine

La vuelta al cole es siempre un acontecimiento destacable en la vida de los estudiantes, no importa cual sea el curso. Por eso, paralelamente a las clases, es conveniente recordar que la educación académica no debe dejar de lado una correcta educación emocional. Es importante validar y acompañar a los niños y las niñas en los distintos sentimientos que puedan ir transitando, tanto en el aula como en casa.

Hablar de nuestras emociones es crucial y, para ello, desde Contraste sabemos que una gran herramienta para hacerlo es recurrir a ejemplos o atender a referentes que verbalicen o representen aquello que cada uno pueda estar experimentando. Por esa razón, os traemos una pequeña selección de títulos que impulsan el diálogo y enriquecen esa educación emocional que no necesita de calificaciones, tan solo, como primer paso, de una escucha atenta.

Riley y sus coloridos acompañantes

Tanto la reveladora Del revés como su maravillosa secuela, Del revés 2, han abierto una puerta para comprender mejor todo aquello que sentimos. Ambas apuestas de Pixar han conseguido convertir algo complejo en historias sencillas de entender para todos. No solo le han dado cuerpo a algo abstracto para facilitar su comprensión, sino que nos han enseñado el valor de permitirnos el espacio de entender cada una de nuestras emociones.

Alguno de sus mismos creadores consiguió algo similar entre medio de ambas películas con otra agradable propuesta: Soul. En ella, a pesar de trascender al mundo de las almas y explorar ese terreno igualmente indefinido, el sentir del protagonista sigue siendo crucial en el desarrollo de su trama.

Animación con corazón

Las posibilidades de la animación permiten al cine acceder a mundos jamás antes soñados y reconfigurar nuestra propia realidad a través del color, la textura y los trazos variados. Aun así, no es necesario recurrir a grandes despliegues técnicos para llegar a contar ficciones que apelen directamente a la sensibilidad y los corazones del espectador. A veces líneas sencillas y afables como las de El pequeño Nicolás son suficientes para “desplegar una gran sinfonía de emociones”. En otros casos, el carácter luminoso y el acabado redondeado que presenta, por ejemplo, Buffalo Kids nos permiten acompañar con mayor empatía a sus protagonistas. Y, además, luego llegan producciones como Robot dreams que nos enseñan que a veces no se requieren ni las palabras para contar y emocionar.

Revisitar los clásicos

Disney ha acompañado a los infantes desde bien pequeños con relatos que se acaban quedando para siempre en el recuerdo. El motivo de ello es que apelan a la sensibilidad de los espectadores y presentan personajes que, además de lidiar con la peripecia, lidian con ellos mismos y lo que sienten. Así podemos encontrar conmovedores films como Hermano oso y El rey león o la adaptación de cuentos clásicos como La bella y la bestia. Estas dos últimas son ejemplo de ese impacto que han tenido en la memoria de la audiencia, pues años más tarde han recibido sendos remakes (en algún caso más de uno): La bella y la bestia (2014), La bella y la bestia (2017) y El rey león (2019).  Algo similar a lo que sucederá con la también querida Lilo & Stitch. ¿Quién no ha caído rendido por la rebeldía de la joven hawaiana y el cambio emocional de su entrañable amigo alienígena?

Afrontar los obstáculos y seguir creciendo

Si algo nos enseñan las ficciones es el poder de narrar sucesos que nos permitan identificarnos y entender un poquito más lo que nos sacude o nos alumbra por dentro, incluso aquello más difícil o los obstáculos con los que nos sorprende la vida. Esos miedos que van surgiendo en las distintas etapas –por ejemplo, a ser aceptado (Luca, Pequeña Miss Sunshine), a los cambios (Red), al futuro incierto o la enfermedad (Amigos imaginarios), la ira o el enfado que nos surge ante una injusticia o una pérdida (Big Hero 6), el duelo consecuente de esta última (El chico y la garza, Un monstruo viene a verme) o la lucha por mantener a la familia unida, aceptando las diferencias de cada miembro (Los Mitchell contra las máquinas).

El paso a la adolescencia, el paso a la madurez

Todo eso que sentimos no acaba cuando terminamos nuestras andanzas escolares, sino que continúa en el instituto, en la universidad, en casa, en el trabajo… dura y nos acompaña siempre. Y, en muchos casos, siempre hay alguien a nuestro lado para dar un poco de luz, ya sea un maestro (El club de los poetas muertos, El indomable Will Hunting, El método Farrer) o desconocidos que se convierten en amigos (Tomates verdes fritos, El mayordomo inglés).

Así, con este breve recopilatorio final, cerramos este blog. Y, mientras os invitamos a comentarnos cualquier título con el que penséis que podría ampliar este listado, recordad que, como nos enseña Del revés, es crucial poner el foco en nuestras emociones, entenderlas y atenderlas, porque al final del día forman parte de nuestra persona y ayudan a configurar quienes somos.

Firma: Yoel González