Shorta. El peso de la ley

La perfecta combinación entre violencia, acción y compasión, se puede disfrutar en Shorta, un título danés impactante y cuidado, con un tema de lo más interesante a la vez que peliagudo: la brutalidad policial y el racismo.

La historia se vive a través de los ojos de dos policías: Mike y Jens. A mi parecer, es muy arriesgado tratar un tema de esta magnitud y vigencia desde el punto de vista de la policía y da cierto apuro, en un principio, ya que no sabes hacia dónde va a evolucionar. Sin embargo, la forma de abordarlo es muy acertada: no hay buenos ni malos, ni héroes ni victorias, solo un problema muy grave sin sentido alguno. Sorprendentemente, Shorta consigue un punto de vista neutro con el que no justifica a nadie y, a su vez, da cabida al pensamiento y a la reflexión.

Cabe destacar el gran trabajo técnico hecho. La trama consigue impresionarte y captar tu atención. En parte, eso se da gracias a la parte sonora, que está muy presente y va de la mano del tono de la película: vemos mucha acción y esta es potenciada por el sonido y la música. A nivel visual, también está muy bien elaborada: juegos de luces, colores y planos estéticamente cuidados y que impresionan, como cuando hay disturbios y los coches son quemados o destrozados a base de piedras.

También es preciso mencionar la selección de casting y sus excelentes interpretaciones por parte de los tres protagonistas, con quienes, a pesar de sus debilidades y contradicciones, se consigue empatizar.

Aunque peca en algunos momentos de poco realista, Shorta consigue combinar un buen guion, con un mensaje potente y una ajustada ejecución, que resultan en un film muy inmersivo y que se disfruta tanto que se hace corto.

Firma: Berta Aliaga