El lodo

El segundo largometraje de Iñaki Sánchez Arrieta puede definirse, a grandes rasgos, como el resultado de mezclar los estereotipos de la España rural con la escenografía de La isla mínima. En esta ocasión, los personajes y sus tensos encontronazos suceden bajo el paraguas de la crisis medioambiental y sus posibles consecuencias.

La trama principal gira en torno a la llegada de un biólogo experimentado (Raúl Arévalo), junto a su mujer (Paz Vega) y su hija, a una reserva natural para analizar los efectos que puede tener una sequía en los agricultores de la zona. Un relato que a priori denota aires de suspense, pero que falla a la hora de desarrollarse al completo y acaba perdiendo su esencia.

En plena naturaleza, la fotografía se convierte en uno de los puntos más remarcables del film, con planos cuidados de los diferentes arrozales, en contraste con los lugares aislados y abandonados. La ubicación donde se desarrolla el largometraje, el Parque Natural de la Albufera (Valencia), encaja como anillo al dedo al aportar la ruralidad paisajística que requiere la historia. Todo ello se suma a una paleta de colores marcada por las tonalidades de la tierra, la vegetación y las aguas propias del paraje. Al mismo tiempo, destaca la combinación de texturas tan características de la laguna —el agua embarrada y el propio lodo— con la cálida pero siniestra luz que la ilumina.

Sin embargo, el guion deja mucho que desear. El hilo narrativo pierde interés entre tantos diálogos desechables y pobres en contenido. Es entonces cuando se deja al descubierto un argumento frágil que se anda por las ramas. Lo que sucede cuando se quiere abarcar mucho en poco tiempo.

Y estos desaciertos reflejan sus consecuencias en las tramas de los personajes. Pese a contar con dos pesos pesados como son Arévalo y Vega, sus historias carecen de significado en diversas ocasiones, recurriendo a la discusión y al grito fácil. Asimismo, Sánchez Arrieta se empeña en iniciar subtramas sin sentido aparente, por no hablar de las que no tienen ni cierre, como es el caso de la tensa relación entre la mujer del biólogo y la niñera.

En definitiva, El lodo propone una narración interesante, pero se queda a medio camino con un guion impreciso y personajes poco elaborados. No obstante, la intriga del film atrapará a los más fanáticos del género, esta vez ambientado en un contexto de concienciación climática.

Firma: Andrea Poveda