Camera Café, la película

Transformar un sketch de pocos minutos en un largometraje era un reto complicado, pero Camera Café, la película ha alcanzado un resultado atractivo, aunque descabellado. Alargar los breves episodios y adaptarlos a la gran pantalla tenía que justificarse con una historia que mereciera la pena contar y, a pesar de que la trama es convencional –incluso puede llegar a desgastar la paciencia del espectador–, el conjunto general sí es digno de estar en el cine.

El film no tiene más pretensión que hacer reír y lo consigue con creces cuanto más exagerados son sus giros. Es cierto que hay un cúmulo de situaciones absurdas que pueden disgustar al que busque una cinta sofisticada. Sin embargo, todos los fans del humor ligero encontrarán una sucesión de disparates hilarantes. Sin duda, imaginar las reuniones de trabajo de los guionistas a la hora de hacer una lluvia de ideas puede llegar a generar una ligera envidia, pues parece que lo pasaron muy bien.

Una de las ventajas con las que cuenta la propuesta es que utiliza a unos personajes conocidos y queridos, con lo que –solo por el componente nostálgico– ya es fácil aceptar el surrealismo del relato. Además, esta vez la cámara sale de la zona del café para adentrarse en la oficina y en las casas de los empleados. Esta incursión en otros ámbitos permite que los protagonistas trasciendan un poco los estereotipos que encarnaban en la serie y muestren un lado más personal.

Camera Café, la película cuenta con un guion irregular y algunos clips inconexos –y casi sin sentido ni motivo– que pueden agotar. Aun así, esta película absurda logra provocar una sonrisa y es satisfactoria para los amantes de la comedia fácil.

Firma: Patricia Amat