Los insectos de Marvel se enfrentan al fin del mundo en el Reino Cuántico. Esta aventura llena de acción y espectáculo se centra tanto en el contenido visual que descuida el guion y sus posibilidades.
Con esta película se inaugura la fase cinco del calendario de Marvel. Más adelante, podremos disfrutar de Guardianes de la galaxia Vol. 3, The Marvels, Capitán América 4 o Thunderbolts y otras tantas series para televisión (Loki T2, Echo…). Con lo cual, tenemos Marvel para rato.
No es un secreto el gran negocio que suponen estos superhéroes para el estudio y, quizá, la gran producción influye en el resultado de alguno de sus títulos. Ant-Man no es un Vengador de primera fila, pero se le ha ido dando protagonismo en un entorno de comedia y su personaje es un estilo de “héroe a su pesar”. Con esto, ha encontrado un espacio que rellenar entre los grandes y más esperados estrenos. Así, Ant-Man y su familia son un canapé en ese aperitivo que nos sirven antes del plato fuerte. A este grupo también pertenecen Guardianes de la galaxia o Deadpool.
De esta forma, no esperamos gran cosa de Ant-Man y la Avispa. Sin embargo, en esta edición parece que las cosas quieren cambiar. Para ello se ha hecho un gran despliegue de efectos visuales, con los que se representa un mundo cuántico lleno de criaturas y ambientes extraños. Y su calidad técnica es algo que la industria ya parece haber superado. Aunque en este film, el asunto se convierte en algo claustrofóbico por su intensidad.
Y ocurre como en tantas otras ocasiones, en las que al intentar recrear un mundo nuevo, se deja de lado la narrativa. Dos horas son un exceso para una historia de ritmo poco regular que aporta escasas novedades a la saga. El guion pierde la oportunidad de desarrollar a los personajes y se centra en poner las bases para futuras aventuras.
Con todo, descubrimos al super villano Kang, que hará las veces de Thanos y al que veremos en adelante intentando acabar con el mundo una y otra vez. Por lo demás, el espectador encontrará las consabidas relaciones familiares en conflicto que se superan, eso sí, con episodios espectaculares; el habitual valor y sacrificio de los héroes y un mundo que se resiste a la maldad.
Al final, Ant-Man y la Avispa: Quantumanía es una oferta de entretenimiento sobre la que no vale la pena dar muchas vueltas. Acción, humor, espectáculo y un pasito más hacia la oscuridad del multiverso y de lo desconocido.
Firma: Mar Pons
Ant-Man está disfrutando la mieles del éxito. Después de salvar el mundo junto a los Vengadores, a Scott Lang le conoce toda la ciudad. Le saludan por la calle, le paran para hacerse selfies, le invitan en los restaurantes e, incluso, su libro se ha convertido en un súper ventas. Todo sonríe a la familia de la hormiga y la avispa.
Sin embargo, la hija de Ant-Man, la adolescente Cassie, consigue que esa felicidad se trastoque de vez en cuando. Dispuesta a colaborar siempre con los menos afortunados, su ingreso en el calabozo empieza a ser una mala costumbre.
No obstante, Cassie también guarda sus secretos y la angustia por volver a perder a su padre en el mundo cuántico le lleva a estudiar y a investigar este universo alternativo. Pero como la paz no puede ser duradera, uno de los inventos de Cassie arrastra a los Lang, a Hope y a sus padres al Reino Cuántico.
