Prince of Persia: The Lost Crown

Reinventarse o morir. Esto debieron pensar los chicos de Ubisoft cuando valoraron traer de vuelta la saga Prince of Persia. De hecho, todavía estamos esperando el remake de Las arenas del tiempo, que lleva casi más tiempo en desarrollo que cualquier nueva entrega.

Entre tanta espera la compañía anunció este Prince of Persia: The Lost Crown, un título -a priori secundario- que nos ha sorprendido muchísimo. De hecho, hemos de decir que las primeras imágenes del juego nos hicieron pensar en lo peor. Por el contrario, es una aventura excelente en casi todos los aspectos.

Reviviendo un clásico

Volver a las raíces de los primeros Prince of Persia no era algo sencillo. ¿Serían capaces de trasladar ese plataformeo de los años 80 al siglo XXI? Pues Ubisoft no solo lo ha conseguido, sino que lo ha hecho por todo lo alto.

The Lost Crown es un metroidvania en 2D. Este género (tan de moda y del que tantas veces hemos hablado) tiene dos claras influencias: Metroid y Castlevania. Por ende, combina la acción y las plataformas por igual.

Siguiendo la estela de muchos otros títulos del estilo (véase Blasphemous, Guacamelee, Hollow Knight, Dead Cells…), el desarrollo tiene dos elementos esenciales: los saltos y los espadazos (tranquilos, que no es un juego especialmente violento). Las plataformas son constantes y tremendamente originales, suponiendo todo un desafío en muchas fases. No todo se basa en acertar en el salto en el momento adecuado, sino que también tendremos que combinarlo con otro elemento -icónico en la saga, por cierto-: el control del tiempo. De este modo, es importante jugar con el reloj para conseguir que aparezcan o desaparezcan ciertas plataformas o se activen algunos interruptores.

Entre medio, la acción también es muy importante. Con bastante asiduidad encontraremos enemigos que nos molestarán y que deberemos esquivar o atacar. Lo cierto es que cada zona del juego está plagada de enemigos distintos y con dinámicas diferentes, lo que da al título menor sensación de repetitividad. Los controles son sencillos y tendremos un botón de ataque, otro de bloqueo y un tercero de salto. Sin embargo, conforme avancemos en la aventura, desbloquearemos nuevas destrezas que nos permitirán realizar combos y ataques más potentes. Especial mención merecen los enemigos “finales” de cada fase del juego, pues resultan tremendamente originales y desafiantes.

Descubriendo un mapa gigantesco

Este maravilloso cóctel de géneros que hemos explicado viene aderezado por un alto grado de exploración. Este tercer elemento es esencial y nos hará recorrer el enrevesado mapa una y otra vez. Precisamente, una característica de los metroidvanias es que el mapa es tremendamente grande, complejo y con zonas interconectadas. Muchas de ellas estarán bloqueadas y no podremos acceder hasta que descubramos un nuevo poder. Así, cada pequeña sección se convierte en una ficha de un gigantesco puzle en el que todo encaja a la perfección. El único defecto es que, si nos quedamos bloqueados y no sabemos cómo avanzar, probablemente nos pasaremos horas recorriendo el mapa inútilmente (algo propio de este tipo de juegos).

No todo es oro en Persia

Pese a que el gameplay/jugabilidad del juego es excelente, The Lost Crown no reluce del mismo modo en dos apartados: gráficos e historia. Lo cierto es que esto justifica aquellas primeras impresiones “poco positivas” que tuvimos del juego. De hecho, gráficamente es muy normalito. Pese a que rinde correctamente, lo cierto es que no resulta ningún proeza visual. Le salva el más que notable arte del juego. Además, hemos encontrado bastantes bugs o fallos de programación que molestan y perjudican la partida -suponemos que se solventarán con una actualización en breve-.
La historia, por su parte, tiene bastantes vacíos argumentales que nos dejan con más interrogantes que respuestas. Es una pena, porque podría dar mucho más de sí.

Lo mejor:

Excelente diseño de los escenarios.
Jugabilidad adictiva y tremendamente divertida.

Lo peor:

Gráficamente es justito y tiene algunos fallos de programación.

Conclusiones:

Prince of Persia: The Lost Crown es un excelente juego que combina plataformas y acción a la perfección. Resulta desafiante, divertido y muy original. Tiene las dosis justas de plataformas, acción y exploración para que pueda gustar a aficionados de cualquier género. Ahora bien, no es oro todo lo que reluce, pues el apartado gráfico es bastante justito y la historia no está bien trenzada.

En cuanto al contenido, está catalogado para mayores de 16 años, principalmente por la dificultad del juego -aunque también por la acción constante-. Ahora bien, no nos parece un juego especialmente violento o explícito.