The responder

Martin Freeman (Sherlock) se pone al frente de este drama policíaco de la BBC. De hecho, Martin Freeman es el drama, pues su sólida y sugestiva interpretación sustenta todo el metraje. No es que el argumento no valga la pena, que sí lo vale. Sin embargo, la personificación de una historia tan concreta requiere un protagonista solvente y Freeman, curtido en la escuela británica y en el teatro, aprovecha cada secuencia.

Sobre el argumento, su creador Tony Schumacher propone, con el bagaje de su experiencia personal como ex policía, un drama sustentado en dilemas éticos. La fina linea que separa el bien del mal es casi imperceptible cuando el ser humano está roto por dentro. Es el caso de Chris, un buen hombre al que la vida lo sitúa en un continuo conflicto interior. De hecho, incluso el espectador es capaz de atravesar esa línea para dar un respiro al agónico policía.

Este viaje por la oscuridad del alma, donde luchan la debilidad y la virtud, transcurre en la noche de una ciudad lluviosa. Caminamos por barrios y con gentes sencillas, lugares impregnados por la suciedad y el vicio, lavabos públicos y hogares con amarillento papel pintado en sus paredes. Toda la atmósfera potencia la fragilidad del los personajes que pueblan The responder. Y hay que estar dispuesto a convivir con eso las cinco horas que dura esta serie.

Quizá sea un título demasiado doloroso para la audiencia que busca evasión en la pequeña pantalla. Al resto, The responder invita a una reflexión sobre temas intrínsecos a toda persona: la felicidad, la paz interior, la justicia, la fragilidad humana, el amor y un largo etcétera. Puede que esta reflexión se haga desde el fondo de un oscuro pozo, pero es desde allí donde, mirando hacia arriba, la luz es esperanza.

Firma: Mar Pons