El nuevo empleado

Alexi Hawley (The Rookie, The Following) es el responsable de esta ficción de sobremesa. Y Noah Centineo (Black Adam) el protagonista perfecto para una aventura de espías que tiene más de farsa que de realidad. El nuevo empleado se acerca más a una comedia de enredo ambientada en una CIA algo torpe que a una trama de John le Carré. Por este motivo es un buen título de entretenimiento ligero al que si acudimos sin pedir nada a cambio, nos regala unas horitas de diversión.

No hay nada serio en esta fantasiosa propuesta que siembra y resuelve en un guión caprichoso. Nada excepto la crueldad de algunas escenas de violencia, una omnipresente (y cansina) oleada de egoísmos y traiciones y, finalmente, la falsa creencia, también generalizada, de que las relaciones íntimas tienen las mismas consecuencias que, por ejemplo, comerse una hamburguesa.

Por lo demás, El nuevo empleado se construye con habilidad. Buenos personajes, una trama que va creciendo en complejidad, un ritmo que impide pensar demasiado y, lo mejor, unos golpes de humor que disuelven la gravedad de lo que se cuenta.

Así, este título de Netflix es de consumo rápido, de distracción garantizada y de un nivel narrativo adaptado para la gran audiencia. Y, cómo no, un final abierto a nuevas aventuras.

Firma: Mar Pons