Ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián (Mejor Película y Mejor Actriz) y con el Premio FIPRESCI en el de Toronto, Yo no soy Madame Bovary se presenta como una de las películas más sorprendentes del año en el panorama internacional.
Feng Xiaogang (Aftershock, Back to 1942) juega con los objetivos de la cámara para presentarnos esta historia. Unas veces lo hace a través del ojo de buey, otras en formato cuadrado, para terminar en la pantalla completa. El cineasta se sirve de estos enfoques para crear unas maravillosas composiciones que parecen auténticos cuadros.
Li Xuelian, a la que da vida Fan Bingbing (X-Men: días del futuro pasado), es una mujer desdichada, terca y obcecada en el éxito de su propósito: que los políticos reconozcan que ella y su marido les engañaron con un falso divorcio. Ese enfoque circular permite al espectador zambullirse en su personalidad y en lo absurdo de su situación.
El director se mueve entre la ironía y el drama, que no logra abarcar seriamente, para criticar el desinterés del político –pasando por todos los cargos– hacia el ciudadano con el fin de mantener un estatus. Esta denuncia queda rebajada con un melodramático final que consigue un giro más profundo en el absurdo periplo de esta mujer.
Firma: Elena Mira
Director: Feng Xiaogang
Guionistas: Liu Zhenyun
Intérpretes: Dong Chengpeng, Fan Bingbing, Fan Wei, Guo Tao, Li Zonghan
Género: Drama
País: China
Fecha estreno: 10/03/2017
Lenguaje: Coloquial
Una mujer organiza un falso divorcio con el fin de conseguir un segundo apartamento, pero su marido se vuelve a casar de forma inesperada. Tras recurrir al juzgado sin éxito y ser acusada por su esposo, se embarca en un absurdo viaje de diez años para restaurar su reputación.
Título original: Wo bu shi Pan Jinlian
País: China
Duración: 128'
Fecha producción: 2016
Distribuidora: Vértigo Films
Color: Color