Una historia real

A partir del libro del propio Michael Finkel, el debutante Rupert Goold enhebra un drama profesional y personal, alojado en un suspense algo huidizo.

El guión arranca con un atractivo posicionamiento sobre periodismo, verdad y su efecto en las personas de carne y hueso. Sin embargo, después, el grueso de la película se centra en la dialéctica de personalidades Finkel-Longo, cargada de tanta retención de información y ambigüedad en la caracterización del acusado que provoca cierto desconcierto y cierta frustración en el espectador.

En el camino, emergen cuestiones sugestivas y también vinculadas con la tarea de escribir, que tienen cierto aroma al clásico A sangre fría de Truman Capote. Esa relación de tú a tú; esas ganas de que la escritura personal marque un antes y un después en la sociedad y esa fina línea que separa dónde uno le sigue o no el juego a un asesino para dar un empujón a la trayectoria profesional.

No obstante, esas y otras materias de la intriga principal están algo desaprovechadas porque Una historia real pretende más –más misterio, más calado y más emoción- de lo que abarca y comunica. Eso sí, en una época como la de verano que trae mucha acción y evasión mísera, este film se ve sin problemas, suscita interés y sus intérpretes están correctos en la misma medida que el guión y la dirección.

Firma: Lourdes Domingo