Policía en Israel

Análisis

El debut cinematográfico de Nadav Lapid llega a nuestras pantallas con cuatro años de retraso. Su prolífica actividad en este tiempo y el reconocimiento de su trabajo en algunos festivales han propiciado que podamos ver ahora su opera prima en el campo del largometraje.

En esta película, el entonces director novel acomete un ambicioso proyecto, comprensible pero agotador pecado de realizadores novatos. Se propone narrar la vida cotidiana de un joven policía con el verismo y la (excesiva) parsimonia del cine realista, aunque desprovisto de la gracia del costumbrismo popular. Asistimos, por tanto, a sus quehaceres diarios, algunos de ellos convertidos en extraños rituales de dudoso gusto (como el masaje preparto) o repetitivos en exceso (como el exhaustivo saludo a todos los participantes en la barbacoa). Otros, en cambio, tienen cierta gracia, como las dudas acerca del momento en el que sea padre, o revisten algún interés, como el entierro fatalmente cantado de uno de sus compañeros asesinados.

Sin embargo, el audaz Nadav Lapid no se detiene aquí, ya que la calma y el orden que describe siguiendo a Yaron encubre una sociedad israelí tensa, descontenta y a punto de explotar, en la que algunos jóvenes pueden acabar representado un peligro más cercano que los propios palestinos. Y aquí termina de naufragar el film. Tras una primera parte dedicada a Yaron y sus amigos, éstos desaparecen y pasamos a centrarnos en cuatro jóvenes muy torpemente descritos.

Toda la película, y ésta sería su principal lacra, acusa una frialdad distante que no responde, aunque supongo que lo pretendía, a una intencionada objetividad. Ni siquiera es glacial, lo que podría provocar cierta tensión. Su frialdad lo único que provoca es indiferencia ante lo que sucede en la pantalla. Y si es así en la primera parte, aún es más frío el relato de esos cuatro jóvenes, de sus ideas, motivaciones, propuestas y acciones. Si Lapid buscaba retratar a una juventud desorientada, puede estar contento de haber conseguido desorientar fundamentalmente al público. El personaje de Shira, sobre el que pivota esta segunda mitad, resulta especialmente antipático y carente de cualquier aspecto con el que conectar con el espectador.

Al final, como era de esperar, las dos historias se juntan y podemos intuir, en los últimos planos, cuál podría ser la intención de sus realizadores. Es curioso que, para poner el sello final, Lapid haya tenido que pedir refuerzos a Beethoven y que la música incidental (recurso que no utiliza en ningún momento anterior del film) dote de emoción a esos últimos compases de una obra que ha rehuido, durante todo su metraje, cualquier pasión o sentimiento.

Firma: Esther Rodríguez

ficha técnica

Director: Nadav Lapid

Guionistas: Nadav Lapid

Intérpretes: Ben Adam, Gal Hoyberger, Meital Barda, Menashe Noy, Michael Aloni, Michael Mushonov, Rona-Lee Shim'on, Shaul Mizrahi, Yaara Pelzig, Yiftach Klein

Género: Drama

País: Israel

Fecha estreno: 27/03/2015

Lenguaje: Coloquial

Público

+18 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Yaron es un policía de un cuerpo especial antiterrorista en Israel. Él y sus compañeros están siendo investigados por una operación que acabó con más muertos de lo planificado. Pero lo que realmente le preocupa es el inminente nacimiento de su primera hija y el cáncer que está acabando con la vida de Ariel, amigo y miembro de su comando.

A la vez, un grupo de jóvenes judíos inconformistas planean una campaña violenta de concienciación contra el estado capitalista de Israel.

Título original: Ha-shoter (Policeman)

País: Israel

Duración: 105'

Fecha producción: 2011

Distribuidora: Aquelarre cine

Color: Color

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