Little boy

Alejandro Monteverde dirige su segundo largometraje rodeado del mismo equipo con el contó para Bella (2006), su ópera prima, al que se ha sumado un gran elenco de actores como son Emily Watson, Tom Wilkinson y el joven Jakob Salvati.

Esta película presenta una situación dramática -un padre (y mejor amigo) que se va a la guerra y un niño que sufre acoso escolar- pero con una mirada positiva. Esto es posible gracias a unos diálogos que definen muy bien a los protagonistas, a la vez que hacen especial hincapié en la relación de Pepper y el Sr. Hashimoto, motivada por el sacerdote del pueblo. Gracias a este último personaje -que solo aparece al principio del metraje (para arrojar la luz que Pepper necesita para aumentar su fe) y al final (cuando todo se ha desarrollado)- el guión transmite la idea de que esa fe, literalmente, mueve montañas y demuestra que no hay resultados imposibles.

Con una ambientación de tonos cálidos en casi todas las secuencias, el director de fotografía revela el carácter positivo del mensaje. Además, Monteverde no sorprende con una realización que subraya las emociones en primeros planos, a pesar de que con ello logra su objetivo de llegar al gran público.

Obviamente, el título está relacionado con el deseo del pequeño: fue la bomba “Little Boy” la que terminó con la guerra, de la misma manera que Pepper, apodado “Little Boy”, cada tarde pide que la guerra finalice para que su padre pueda volver a casa.

Resumiendo, Little Boy es una película familiar y sencilla, donde la valentía, la fe y el amor son los pedestales en los que se apoya el pequeño Pepper y que, poco a poco, irá contagiando al resto de protagonistas

Firma: Montse Figuerola