En un patio de París

En un patio de París es lo que promete: una inmersión del espectador en el interior de una comunidad de vecinos de la capital gala (con la peculiar mezcla de burguesía y bohemia de la sociedad francesa) que funciona como epicentro de los choques, aspiraciones y pequeños dramas de todos sus integrantes. Como catalizador, el nuevo portero, que arrastra su propia tragedia y asiste, desconcertado y complaciente, al desfile de personajes que llaman a su puerta y con los que, poco a poco, establecerá diferentes relaciones.

Esta película es un fantástico relato costumbrista, sobrio e íntimo, sin estridencias, como recordándonos que toda vida, por anodina que parezca, esconde toda una galería de esperanzas, decepciones, arranques y frenadas. Ofrece una mirada amable y realista sobre la soledad, la pérdida de fuerzas que viene siempre acompañando a la vejez, los problemas del éxito rápido o la necesidad de tener un proyecto en la vida por muy disparatado o simple que parezca. Y también, sin adoctrinamiento, hace una llamada de atención sobre la inmigración, y esas bolsas de pobreza y abandono que hay en nuestras ciudades y que muchas veces desconocemos (o queremos desconocer).

Pierre Salvadori, su director y guionista, realiza este film de manera discreta y sincera, de acuerdo con el tema. La fuerza de un guión sencillo y sin grandes pretensiones visuales se apoya en un elenco de excepción que lidera inconmensurable Catherine Deneuve, adecuadamente correspondida por Gustave de Kervern y el resto de coprotagonistas.

En un patio de París es una película sencilla, como sencillas son las vidas de la mayoría de nosotros y, a pesar de un dramático final, prevalece en todo momento la esperanza y el carácter positivo de mirar a los demás como Antoine, siempre con deferencia y respeto.

Firma: Esther Rodríguez