El amor es más fuerte que las bombas

Bajo el título en inglés Louder than bombs, inspirado en el primer álbum recopilatorio del conjunto musical The Smith’s, y a su vez copiado de un libro de la poetisa Elisabeth Smart, Joachim Trier, el director nacionalizado noruego aunque nacido en Copenhague (Dinamarca), añade esta nueva cinta a su, hasta ahora corta pero destacada, filmografía. El amor es más fuerte que las bombas, con una traducción del título no excesivamente afortunado, llega a nuestras pantallas después de los primeros films del director: Reprise en 2006 y Oslo, 31 de agosto en 2011, posteriores a sus cortos en Londres, algunos de ellos con destacados premios.

Con una sucesiva serie de flashbacks, Trier nos transporta a una parte importante de la vida de una familia, en la que la ausencia de la madre sitúa sobre el tapete circunstancias, motivaciones y recuerdos que dan luz y trastornan de forma sensible la vida afectiva de sus componentes, aunque de forma muy especial la de uno de los hijos.

Pese a estar rodada en Nueva York, la fuerte personalidad del director fluctúa por encima de toda la narración al señalar una forma cinematográfica muy “nordic-style”, fría en ocasiones y duramente expresiva en otras, circunstancia que, unida al continuado vaivén argumental, dificulta en determinados momentos la comprensión de algunas de las conflictivas escenas familiares en las que Isabelle Huppert, en el rol de madre desaparecida, aporta un destacado aliciente al reparto. El joven actor Devin Druid en el personaje de Conrad, asume su desilusión como hermano menor sumido en el más absoluto desconcierto.

Dramática circunstancia acerca del comportamiento humano ante una más que complicada situación familiar. Un espejo revelador.

Firma: Joaquín Guitart