No respires 2

Rodo Sayagues se pone al frente de la secuela de No respires, con Fede Álvarez (Posesión infernal, Millennium: lo que no te mata te hace más fuerte) como colaborador en el guion. No obstante, esta vez los tópicos del género ahogan la eficacia y frescura de la que hicieron gala en la primera entrega.

En esta propuesta, el hombre ciego ya no es el villano, sino el héroe, y ahora vive aislado con una niña a la que salvó de un incendio. A partir de ahí, se desarrolla una trama un tanto absurda, que carece de la originalidad de su predecesora. Además, se abandonan por completo los juegos de luces y la oscuridad que le daba una ventaja creíble al protagonista, parte de la gracia de esta historia. De este modo, Norman se convierte en una especie de superhéroe con una precisión y una técnica impropias –por no decir imposibles– de una persona invidente.

Asimismo, los giros que ocurren en la segunda mitad son igual de inverosímiles y, a su vez, crueles. La cinta es más gore que la anterior y tiene muchas secuencias de violencia explícita, que intentan generar la tensión que no consigue crear el ambiente. La angustia que siente la audiencia no es debido a la atmósfera inquietante sino a la ridiculez de las motivaciones desmedidas de algunos personajes (muy básicos) y a la ejecución cruenta de sus ideas.

Por todo ello, No respires 2 es un título que no hacía realmente falta y que únicamente satisfará a aquellos que busquen un poco de terror y mucha sangre.

Firma: Patricia Amat