Nemes descubre un ángulo nuevo en la narrativa fílmica sobre el holocausto con el que consigue poner al espectador en la boca de ese horno de la vergüenza. Pegando su cámara a Saúl, nos vemos obligados a trabajar, a robar, a sentir esa indignación callada a golpes. Los planos son tan cortos, los escorzos tan arriesgados, la oscuridad tan espesa y el sonido tan real que nos puede llegar a parecer que realmente estamos allí, junto a ese hombre que halla en el entierro de su hijo una especie de redención moral que atenúe su obligada colaboración con el mal.
Lo único que no nos ofrece esta película es el olor. Lo demás está todo. Una obra maestra que, a pesar de las apariencias, sigue siendo necesaria para no olvidar. Pero atención: en el cine, como en cualquier otro arte, la maestría puede llegar a herir y El hijo de Saúl duele. Mucho.
Firma: Anna Puigarnau
Director: László Nemes
Guionistas: Clara Royer, László Nemes
Intérpretes: Géza Röhrig, Levente Molnár, Sándor Zsótér, Todd Charmont, Urs Rechn
Género: Drama
País: Hungría
Fecha estreno: 15/01/2016
Lenguaje: Coloquial
Saúl es un húngaro prisionero en Auschwitz que trabaja en el sonderkommando de uno de los crematorios. Su tarea es acompañar a las víctimas a la cámara de gas, retirar luego los cuerpos, revisar sus pertenencias y deshacerse de las cenizas. Un día, cree reconocer a su hijo en uno de los cadáveres. Lo roba al fuego, lo lava, lo esconde e intenta buscar a un rabino para que reciba un entierro digno.
Título original: Saul fia
País: Hungría
Duración: 107'
Fecha producción: 2015
Distribuidora: Avalon
Color: Color