Ya es difícil, a estas alturas de la historia, asistir a un estreno tan carente de calidad y sentido como es esta última propuesta de Benoît Jacquot. Viniendo de donde viene y con la experiencia que se supone ha acumulado en años, no se entiende cómo ha podido conseguir que Casanova, su último amor parezca un mal ejercicio de un director novel tan torpe como pretencioso.
Rescatar al mujeriego Casanova, con sus libertinos devaneos ambientados en el siempre efectista (y visualmente fácil) siglo del Rococó, es una tentación demasiado fuerte para rechazarla. Sin embargo, construir para ello un guion vacío ¬–en el que su única idea se escape por los innumerables agujeros que sorprendentemente tiene– llega a ser casi una hazaña, nefasta, pero hazaña.
La trama, débil, se escurre por las grietas de lo innecesario. Partiendo de una idea interesante, el hecho de que Casanova fuese capaz de enamorarse platónicamente de una mujer hasta el punto de perder el interés por las demás, Jacquot y su equipo de guionistas elaboran un relato que se muestra incapaz de llegar a buen puerto. De hecho, es incapaz de llegar a cualquier puerto. Anclados en la idea inicial, y sin ninguna noción de cómo llevarla a cabo, la rodean de un incesante ir y venir (literal) de los personajes que pasan de lo absurdo a lo grotesco sin salir de lo innecesario, como decía anteriormente.
También superfluos son el prólogo y el epílogo, con un decrépito Casanova que no ofrece ningún misterio en su planteamiento ni resolución conclusiva, salvo convertir el film en un extenso flashback que suena a recurso desesperado.
A su vez, son redundantes las descripciones explícitas y desagradables de los encuentros sexuales de los protagonistas y de todos aquellos con quienes tienen relación. Simplificar así a una sociedad no solo es poco verosímil, sino que también rebaja las hazañas de Casanova como conquistador ya que, en Londres, parecen estar al alcance de cualquier persona independientemente de sexo, raza o condición.
No obstante, lo más prescindible y desesperante, aunque no deje de ser también fascinante por su innegable torpeza, son los constantes paseos y llamadas a la puerta. Esta película tiene algo de road movie, ya que Casanova, un crepuscular y muy poco atractivo Vincent Lindon, pasa todo el metraje yendo de un lado para otro recorriendo casi siempre las mismas calles y llamando a la misma puerta no se sabe muy bien por qué o para qué. Su amor platónico le ignora y juega con él no por virtud sino por causas que nunca llegaremos a vislumbrar.
A Benoît Jacquot parece no importarle el sinsentido de su apuesta confiado en que, al final, el espectador se quede con lo que había leído en la sinopsis, porque nada más le van a aportar los casi cien minutos de oscuros paseos londinenses.
Firma: Esther Rodríguez
Director: Benoit Jacquot
Guionistas: Benoit Jacquot, Chantal Thomas, Jérôme Beaujour
Intérpretes: Catherine Bailey, Jesuthasan Antonythasan, Nathan Willcock, Olivia Ross, Stacy Martin, Valeria Golino, Vincent Lindon
Género: -
País: Francia
Fecha estreno: 14/02/2020
Lenguaje: Coloquial
En un apartado castillo alemán, Casanova, ya anciano, narra a una joven pupila su historia más íntima: el tiempo que pasó exiliado en Londres y el amor que allí sintió por una joven prostituta que le hizo olvidar al resto de las mujeres.
Título original: Dernier amour
País: Francia
Duración: 98'
Fecha producción: 2019
Distribuidora: VerCine
Color: Color