Cisne negro

Darren Aronofsky es un director acostumbrado a los excesos formales, argumanetales y también a desvaríos a veces más expresionistas e interesantes, como Pi y otras más contenidos, como El luchador. En Cisne negro aborda los delirios de triunfo y grandeza artística de una obsesiva bailarina.

Su presencia como finalistas en los Oscar sólo se justifica por la propia condición de los premios (casi exclusivos del mercado norteamericano y basados en criterios con poco rigor y transparencia). La película de Aronofsky está llena de tópicos abordados sin ningún tipo de elegancia. Los paralelismos entre la composición clásica y el film son tan evidentes como las omnipresentes, exageradas y operísticas metáforas del espejo, el doble, el narcisimo, la idea de reflejo…

En la misma línea discurren las arengas de Thomas, que basa su metodología interpretativa en la liberación sexual de la protagonista. Ese caldo de cultivo, el director lo adereza con otros toques del trasnochado Freud, pues convierte la casa de Nina en una especie de cárcel de cuento, donde los peluches, el rosa y una madre que la trata como si fuera pequeña evocan la represión.

Natalie Portman soporta este cuento de terror con buena nota. Así como se desmorona su percepción de la realidad, eso mismo pasa con la película pretenciosa de intenciones y vacía de novedades.

Firma: Lourdes Domingo

Extras DVD:

• Idiomas: Inglés, Castellano, Italiano.
• Subtítulos: Castellano, Italiano, Portugués, Inglés para sordos
• La metamorfosis de Cisne Negro
• Diseño de producción
• Diseño de vestuario
• Los perfiles de Natalie Portman y Darren Aronofsky
• Tráiler