Lola Pater

Nadir Moknèche relata el reencuentro entre Zino y Lola, franceses de origen magrebí, con estilo y elegancia. El sutil arranque de la película y el destacable trabajo de los dos actores, Tewfik Jallab y Fanny Ardant, hacen que Lola Pater se siga con agrado.

Dicho esto, el film renquea desde el principio en un aspecto: no es creíble, porque Fanny es una mujer. Ella lo borda, despliega su savoir faire en cada escena, domina la historia y cada plano. Como reto profesional es loable pero, simplemente, hay una barrera entre el espectador y el personaje en ese sentido.

Desde que aparece en pantalla, la realización y el guion están al servicio de Ardant y del leitmotiv, repetido y justificado en exceso: era un hombre y ahora es una mujer, enamorada de otra mujer. Carga un poco las tintas en el empeño de reivindicar una paternidad que en realidad solo es biológica, dado que Farid la ejerció por poco tiempo.

Intimista y profunda, Lola Pater retrata la confusión, la inestabilidad y el sufrimiento de Lola ante el encuentro con su pasado, que por otro lado escuda en un discurso de liberación con algunas reacciones un tanto ingenuas.

La situación es comprensiblemente muy compleja de gestionar. Parece que Moknèche quiere quitar hierro y consigue ese tono equilibrado. Sin embargo, cae en el riesgo de trivializar un tema tan profundo. Por eso, el guion decae al final, haciendo un flaco favor al personaje de Zino y desinflando el conflicto por completo con un final abierto y resuelto a golpe de sentimiento.

Firma: Begoña Arribas