La vuelta al mundo en 80 días (serie)

Son tantas las adaptaciones de esta novela que parece impensable que una nueva revisión pueda sorprendernos. Quizá por eso, por la falta de expectativas, la sorpresa ha sido mayor y muy agradable.
También son varios los países que se han unido (Francia, Alemania, Italia, Sudáfrica y Reino Unido) para producir este título firmado por los ingleses Ashley Pharoah y Caleb Ranson. y vuelven a ser numerosos los aciertos que descubrimos a medida que se suceden los episodios.

Para empezar destacamos al maravillosamente bien interpretado Phileas Fogg. En esta versión, lejos de ser un intrépido aventurero, su más que evidente reticencia al cambio lo convierte en un protagonista singular, tan singular como la actuación de David Tennant (Good Omens) que sabe dotar al personaje de mil detalles. Lo vemos excéntrico, romántico, explosivo, resuelto, apocado o cobarde, una gran gama de colores reviste al nuevo Fogg. Por su parte, sus compañeros de viaje, la señorita Fix y el francés Passepartout, son menos versátiles pero igual de convincentes.

De esta forma, el espectador más que adentrarse en una aventura de viajes alrededor del mundo lo hace en una travesía de redención. El objetivo de la apuesta pasa a un segundo plano y lo que nos cuenta la historia es una viaje hacia el interior del ser humano. Vemos la fragilidad, los miedos, los sueños, las luchas internas y las hazañas de tres personas que han decidido emprender un viaje sin retorno.

Ayudan la puesta en escena, la recreación de una época y una sociedad muy diferente a la actual, los maravillosos paisajes, la acción y un cierto toque romántico que puede convencer más o menos a la audiencia pero que, sin duda, era inevitable.

El resultado es un título para disfrutar, para compartir y para seguir confiando en que, algunas veces, todavía podemos descubrir novedad en los relatos clásicos. Una pequeña joya televisiva que puede que no pase a la historia, pero que se agradece (y mucho) en estos momentos de ficciones facilonas, repetitivas y carentes de valor.

Firma: Mar Pons