Traición

De espías y agencias gubernamentales más o menos secretas y/o corruptas está plagada la ficción, tanto televisiva como cinematográfica. Traición viene a engrosar esta lista sin dejar ningún poso ni sobresalir por nada en concreto.

El papel protagonista recae sobre Charlie Cox (Daredevil) que funciona como reclamo inicial pero no encaja mucho en el papel de alguien que se está jugando la vida. En este sentido, los personajes en general van perdiendo credibilidad por una ausencia total de interés a la hora de dotarlos de profundidad.

Por otro lado, la trama se sostiene por el ritmo y por los pequeños giros en los que no debemos emplear la razón, solo hay que dejarte llevar. También, la corta duración de esta entrega (cinco capítulos de 45 min.) nos resuelve la posible duda de abandonar la serie o de verla hasta el final.

Al final, Traición es un simple propuesta de agentes, políticos y espías que deben congeniar una profesión de riesgo y una vida familiar. Donde las lineas entre lo correcto y lo incorrecto se difuminan. Donde el poder es un dios al que hay que servir o al que hay que alcanzar. Donde el fin sí justifica los medios. Y, por último, donde la integridad se desvanece entre la confusión que producen las emociones y las malas decisiones.

Firma: Mar Pons