Nella, una princesa valiente

En su técnica y desarrollo, las aventuras de Nella no representan ninguna novedad. Se trata de una serie de animación en 2D, llena de color, personajes amables y aventuras fantásticas. Incluye, además, una visión generosa de la familia, la amistad y de la ayuda al prójimo. Cuenta, como es habitual en este tipo de producciones dedicadas la público femenino, con una dosis exagerada de purpurina, brillos y desbordadas exclamaciones.

Así se compone una parte de la historia. Sin embargo, la serie ha querido distinguirse por algo más: una revisión de las princesas tradicionales, aquellas en las que junto con el cargo venía pareja una personalidad débil y apocada. No obstante, este propósito aparece de forma ambigua. Veamos por qué.

La protagonista utiliza un colgante para cambiar su vestuario. De princesa se convierte en caballero y es entonces cuando surgen el coraje, el ingenio, la astucia y todas aquellas cualidades que se aplican este estereotipo guerrero. Y las preguntas son: ¿es necesario cambiar de apariencia para demostrar ciertas capacidades? ¿Es apropiado hacer intervenir a la magia con tales propósitos?

Quizá, el mensaje que realmente le llega a la pequeña audiencia es que no se puede ser valiente mientras se ostenta el cargo de princesa y que la espada y la armadura son las que confieren la personalidad audaz. En este sentido, existen otras producciones, como Elena de Ávalor, que alcanzan el mismo propósito con muchos menos equívocos.

Por otro lado, la exageración de los modelos y cualidades femeninas caen de lleno en la cursilería más desmesurada y se da una trascendencia errónea a los peinados, las modas, las tradiciones y los modismos femeninos.

Christine Ricci, que trabajó en el equipo de Dora la exploradora, debuta como creadora en esta serie dirigida la público infantil. Y es llamativo que sea, precisamente, una mujer la esté al frente de una producción que no confía en que las de su propio sexo puedan reunir cualidades tan deseables y no excluyentes como la feminidad y el coraje sin necesidad de la intervención externa.

Firma: Mar Pons