Con motivo del estreno de la versión extendida de Spider-man: no way home, es buen momento para analizar detenidamente la dirección que está tomando Marvel Studios con la nueva saga del multiverso. Sobre todo, teniendo en cuenta que esta saga ha de superar el listón que dejó la saga del Infinito. ¿Está Kevin Feige tomando buenas decisiones, con todos los nuevos productos que Marvel Studios pretende lanzar en tan poco tiempo? ¿Les está gustando, hasta ahora, la fase 4 a los fans? ¿Están los guionistas construyendo unas bases sólidas para una trama global fuerte? Estas son algunas de las cuestiones que están sobre la mesa.
Preparando el multiverso
El concepto del multiverso es algo que ya dejó caer Marvel en la fase 3 con Doctor Strange y las diferentes dimensiones que vimos en el film, pero no se terminó de confirmar como algo tangible. Más tarde, aún con el sobresalto emocional que nos dejó Vengadores: Endgame, llegaba la segunda entrega del hombre araña de Tom Holland, Spider-man: far from home, donde Marvel casi hizo pasar vergüenza a sus seguidores con el personaje de Misterio y su origen. En la misma película se confirmaba el multiverso y a la vez se dejaba caer que era todo un montaje… Eso sí, muy bien ejecutado, hay que reconocerlo.
Y, finalmente, llegó Loki, una serie que sorprendió por lo poco que se esperaba de ella y lo mucho que aportó. Resulta que la existencia del multiverso se estaba conteniendo por… (redoble de tambor) una variante multiversal del próximo gran villano de esta saga, Kang. Y no fue hasta No way home que se presentó una interacción real entre el universo 616 (Marvel Cinematic Universe) y otros.
Primera toma de contacto con otros universos
En esta entrega, corría el jugoso rumor de que se unirían las versiones anteriores de Spiderman: la de Tobey Maguire y Andrew Gardfield. Ni Sony ni Marvel llegaron a confirmar o desmentir hasta el final, cuando se desveló en el tráiler que Doc Oc y el Duende Verde estarían, para alimentar el hype y el interés de los fans. Los gritos en la sala de cine, al ver que los rumores eran ciertos, recordaban a los que se vieron en las últimas de Vengadores.
Spiderman: no way home fue una propuesta que pudo gustar más o menos por lo abrupta que es la trama en algunas partes. De todas maneras, se debe que recordar el propósito principal de esta cinta en el conjunto global del resto: el cierre argumental del adolescente Peter Parker arropado por el legado del gran Toni Stark y los Vengadores para dar paso a un nuevo y desconocido Peter Parker adulto más similar al que estábamos acostumbrados a ver con Macguire y Gardfield.
Construir una crónica con varios universos paralelos es un arma de doble filo, al igual que los viajes en el tiempo. Como guionista, hay que tener muy claro que si se toma ese camino es importante atar bien todos los cabos. Si no puede parecer que todo está hecho porque sí, sin justificación alguna. Se deben presentar adecuadamente las diferentes versiones de personajes que intervienen, su razón de ser y sus correspondientes arcos argumentales, o el espectador quedará confundido. Y hay que calcular cuánto jugo se puede exprimir de cada uno.
Jon Watts lo tuvo muy claro. Por eso utilizó líneas espacio-temporales que el público ya conocía, algo que jugó mucho a favor de que el relato corriera adelante sin complicaciones. No hacía falta presentar al Doctor Octopus, ni al Duende Verde. Simplemente con su aparición en pantalla se sabía quiénes eran y qué relación tenían con Spiderman. Eso sí, Watts usó una carta un poco trampera que fue utilizar el momento temporal que le pareció bien para cuadrarlo todo. De ese modo, aparecen los tres villanos de la trilogía de Sam Raimi, de instantes completamente diferentes, concentrados en el mismo segundo en el universo MCU. Aquí, pudo más el fanatismo por verlos a todos en la misma pantalla que la coherencia.
El multiverso de la locura
Así como Watts usó bastante bien la carta del multiverso, Sam Raimi la desaprovechó en Doctor Strange en el multiverso de la locura. El cineasta quemó una cantidad de balas argumentales que se podrían haber exprimido mucho más: Wanda y el Darkhold, los Illuminati, la legión de Ultrón, todas las variantes de Strange, América Chávez, que pasa sin pena ni gloria como si fuera una marioneta… Además, ¿dónde queda la variante de Strange que nos mostraron en What if? Y más allá de estas cuestiones, ¿por qué sigue llevando el ojo de Agamotto si ya no existe la gema del tiempo?
Realmente, fue una película chapucera en la que no acaban de hilarse bien los numerosos viajes que se realizan ni los personajes que se presentan nuevos. Y los efectos visuales, que son el gran punto fuerte de todas las historias de Strange, parecen poco trabajados para el nivel que suele tener Marvel.
Demasiado en tan poco tiempo…
Marvel acabó de confirmar en la D23 todo lo que saldrá próximamente hasta completar la fase 6, con dos entregas de Vengadores en el mismo año como cierre de esta nueva etapa. Para llegar a ese punto, existe una larga lista de protagonistas nuevos –con sus respectivas crónicas– (Los cuatro fantásticos, Blade, Daredevil: born again, Los Thunderbolts, Captain America: new world order y más) que se irán sucediendo hasta llegar Avengers: Kang dynasty y Avengers: secret wars.
Esta última despierta mucha curiosidad sobre cómo será, ya que el cómic en el que se basa es de por sí es una locura argumental. También lo era Infinity war y supieron hacer una muy buena adaptación, uniendo todas las tramas que estaban abiertas hasta el momento. Claro que había menos personajes y menos historias que las que existen ahora mismo en la fase 4.
Sin embargo, es preocupante que Marvel Studios esté generando títulos a tanta velocidad, pues es probable que muchos de ellos se echen a perder por no saber aprovecharlos correctamente. Hay demasiados arcos argumentales que seguramente van a quedar abiertos para el cierre de la fase 6 y que luego se cerrarán abruptamente con un Deus Ex Machina en toda regla.
Y no es pesimismo, es un cálculo muy sencillo. Para completar la anterior saga, Marvel necesitó más de 10 años. Cada largometraje podía ser más o menos bueno, pero aportaban en el cómputo global. Para crear un producto audiovisual de calidad se requiere mucho tiempo. Y a Kevin Feige se le ha olvidado esto por el exceso de contenido que pretende sacar adelante con poco margen. Haciendo cuentas, la nueva saga podría estar terminada para 2025, es decir, en un total de 6 años. Parece muy poco tiempo para algo que es tan complejo de desarrollar como una saga multiversal. Ojalá esta percepción sea errónea, pero, de momento, lo que tenemos sobre la mesa con las numerosas series y películas que se han hecho desde 2019 no tiene muy buena pinta.
Ciertamente, lo que dejó el mejor sabor de boca sobre el multiverso fue la última entrega del hombre araña y los seguidores esperan que el resto de historias estén a la altura y no desperdicien oportunidades como sucedió en el Multiverso de la locura.
Firma: Javier Sáez