La serie de los hermanos Caballero tiene, sobre todo, unos personajes maravillosos que encadenan coyunturas desternillantes y encandilan al espectador. Es una comedia ácida que divierte y deja con ganas de más.
La serie de los hermanos Caballero tiene, sobre todo, unos personajes maravillosos que encadenan coyunturas desternillantes y encandilan al espectador. Es una comedia ácida que divierte y deja con ganas de más.
Comedia negra alrededor de una herencia que saca lo peor y lo mejor de una escalera de vecinos orquestada por Jordi Sánchez y Carlos Areces. Un reparto coral lleno de caras conocidas, demasiado diálogo y poco gag.
Acompañamos hasta Río de Janeiro a un grupo de amigos en plena crisis vital a sus cuarenta y tantos. El film es un intento de comedia del verano, que más que entretenimiento es una pérdida de tiempo.
Un trayecto en coche compartido a través de una aplicación acaba siendo la pesadilla de su conductor. El ritmo ágil del film, su elenco y la banda sonora que acompaña hacen que esta comedia de carretera funcione.
El film de Marc Crehuet cuenta con una utilización convincente de espejos y un elenco brillante, pero desperdicia sus recursos y se queda en un patético intento de parodiar con humor rancio y adoctrinar.
Marqués adapta uno de sus cortometrajes para hacer una sátira social sobre las desventuras del paro en nuestro país. Aunque demasiado largo para ser una película, y no un sketch, hará reír y sonreír.
Comedia dramática que muestra la cara anónima de un fenómeno social actual a través de la peculiar relación entre dos mujeres que, aparentemente, no tienen nada que ver entre ellas. Una historia novedosa, tierna y divertida.
Gamberra y divertida comedia de los creadores de La que se avecina en la que, a pesar de estar llena de escenas muy ocurrentes, pesa en exceso el humor grosero y sexual.
Santi Amodeo aglutina un conjunto de géneros y situaciones estrambóticas, salpicadas de escenas bochornosas, que contrastan con el planteamiento argumental: un drama al hilo de la muerte de un ser querido.
Esta adaptación de La higuera de Ramiro Pinilla respeta lo esencial del libro, pero la excesiva caricaturización y la simpleza e inverosimiltiud de las réplicas rebajan su nivel.