Los tontos y los estúpidos

Roberto Castón estrena su segundo largometraje después de proponer, en 2009 con Ander, un drama sobre la homosexualidad ambientado en la Euskadi rural. Con el guión de Los tontos y los estúpidos listo desde el año 2010, Castón y su equipo vieron frenado su proyecto tras la retirada de una subvención, con lo que el director gallego optó por darle una vuelta de tuerca al texto para transformarlo en una muestra de cine dentro del cine.

Presentando al espectador lo que no es más que un ensayo, la película se encuentra con la opción de abordar el cine tanto desde una perspectiva real (antes de la creación) como desde su dimensión ficticia. Castón presenta el proceso de nacimiento de la expresión artística ofreciendo a la vez, aunque en su versión más minimalista, el resultado de dicha acción, es decir, una película.

Sin ser novedosa, la idea original de Los tontos y los estúpidos parece presentar, a primera vista, la posibilidad de ofrecer un ejercicio fílmico interesante. Sin embargo, la obra de Castón intenta sostenerse sobre un culebronesco, pobre y deprimente guión, en el que las historias de sus múltiples personajes se entrecruzan para converger en un absurdo embrollo de vicios, mentiras, inmadurez y enfermedades de transmisión sexual.

Con semejante panorama, poco espacio le queda a esa tentativa de retratar el acto y la experiencia artístico-creativa para emerger de un modo elevado o con cierto sentido y trascendencia en el film, que queda abandonado a la mediocridad, como relato de ficción, y a la más absoluta insipidez como experimento.

Firma: Juan Xipell