Clint Eastwood regresa a la dirección más de dos años después de estrenar J. Edgar, su última película hasta la fecha. Gran amante de la música (como ya demostró en Bird, una de sus grandes obras, o en su participación en las bandas sonoras de algunas de sus principales creaciones), el veterano cineasta recoge ahora la historia de The Four Seasons, responsables de éxitos como Can’t take my eyes off you, Big girls don’t cry o Sherry.
Para el proyecto, nacido tras la imposibilidad de sacar adelante un remake de Ha nacido una estrellajunto a Beyoncé, Eastwood ha tomado como referencia el premiado musical de Broadway de idéntico título, colaborando directamente con sus creadores Marshall Brickman y Rick Elice. Jersey boys, además, ha contado con algunos de los miembros del reparto teatral original, como es el caso del debutante John Lloyd Young, gran protagonista de la función en el papel de Frankie Valli.
Acostumbrado a una carrera plagada de títulos de primer nivel, el espectador de esta nueva propuesta del autor de Gran Torino o Mystic River descubrirá probablemente en ella una obra que podría catalogarse como menor dentro de la filmografía de su director. Jersey Boys se construye con cierto convencionalismo sobre los cimientos más académicos del biopic, tanto en su estructura y formas como en su temática. De esta manera, cuestiones (generales) como el peso de la fama o (más particulares) como la relación de los miembros de The Four Seasons con la mafia se dan cita en un clásico relato de ascenso, consolidación y disolución que avanza a buen ritmo.
Como ya le sucedió en J. Edgar, Eastwood choca en ocasiones con el gran peligro de los films biográficos: la imposibilidad de resumir toda una vida en apenas dos horas. La historia profesional y personal de la banda queda definida muy dignamente, pero sin duda se hace evidente en algunos pasajes cierto abuso de la pincelada gruesa. Por otra parte, queda también patente la voluntad del autor de hacer funcionar Jersey boys más como un homenaje al grupo y a su música que como un ensañado retrato de sus grandes heridas, sin por ello renunciar a introducir los principales problemas de los miembros de la formación.
Pese a todo ello, a sus 84 años, Clint Eastwood sigue en forma y demostrando su capacidad para sacar adelante con gracia y notable resultado cualquier tipo de material e, incluso en sus trabajos menos destacados, consigue regalar muy buenos momentos y un conjunto más que satisfactorio.
Por su parte, el reparto se muestra excelente a la hora de recrear e imitar, directamente, las voces y actuaciones de The Four Seasons (pese a su origen teatral, Jersey boys no es un musical al uso más que en sus sorprendentes créditos finales), en especial el ya citado John Lloyd Young, con su increíble capacidad para dar vida a esa peculiar y agudísima voz que singularizó a Frankie Valli.
Firma: Juan Xipell
Después de una infancia y adolescencia de coqueteos con la mafia y la delincuencia por las calles de New Jersey, un grupo de jóvenes amigos comienza a abrirse hueco poco a poco en el mundo de la música. Al frente de todos ellos está el impulsivo y poco modélico Tommy DeVito, a quien acompañan el bajista Nick Massi, el compositor Bob Gaudio y el pequeño Frankie Valli, que con su característico timbre se erige enseguida como primera voz de una banda que, durante los años 60, dejará huella en toda una generación.
