Una revisión del mito del Moby Dick a través de un nuevo enfoque que se queda a medio camino de lo que podría haber sido. Pese a ello, es una buena elección para un rato de entretenimiento.
Ron Howard, que se llevó el Oscar por Una mente maravillosa en el año 2001 y que más tarde nos regalaría Cinderella man, dirige la aventura marinera En el corazón del mar, basada en la novela de Nathaniel Philbrick sobre la travesía real del navío Essex, ganadora del National Book Award en el 2000.
Tras algunas adaptaciones cinematográficas (y de todo tipo) del mito literario Moby Dick a lo largo de los años –y sin mucho éxito–, Howard se enfrenta a él desde otra perspectiva. La narración que presenta está bien construida, muy bien ambientada y combinada con el flashback que es la película, un relato visual esmerado y minucioso a través de los planos detalle y los desenfoques de la cámara, que juega a resaltar los objetos y las texturas, dándoles mucha importancia estética. A pesar del destacable desarrollo visual y estético, a la historia le falta algo de corazón.
El film quiere resaltar demasiado uno de los hechos (en teoría) clave de la historia: los métodos de supervivencia de los tripulantes del Essex, que ya hemos visto en películas mucho más impactantes como ¡Viven!. En el corazón del mar no desarrolla suficiente el argumento, que podría haber dado mucho más de sí. Así, el peso dramático es mucho menor.
Chris Hemsworth está muy acorde con el papel de Owen Chase, el marinero protagonista y lo defiende con entereza. Pero, de nuevo, la relación de su personaje con su antagonista, el capitán del barco, contenidamente encarnado por el americano Benjamin Walker, no acaba de llegar a puerto. La tensión entre los héroes del mar, así como un escondido pasado de Chase, podría haber dado mucho más juego y habernos ofrecido una historia de más hondo calado. Cabe decir, por otro lado, que realmente se consigue un monstruoso cachalote blanco, pero el efecto dura poco.
Sin ser una obra maestra, la película cuenta una historia de siempre de manera distinta y deja con ganas de leer la obra de Melville. Interesará a los amantes de Moby Dick y gustará a aquellos que quieran pasar un rato entretenido.
Firma: Begoña Arribas
En el invierno de 1820, el ballenero de Nueva Inglaterra Essex fue agredido por algo a lo que nadie podía dar crédito: una ballena de tamaño y voluntad descomunal, con un sentido de la venganza casi humano. Los supervivientes de la tripulación fueron forzados hasta el límite y se vieron obligados a hacer lo impensable para mantenerse vivos. Enfrentándose a las tormentas, el hambre, el pánico, y la desesperación, los hombres llegan a dudar hasta de sus creencias más profundas, desde el valor de sus vidas a la moralidad de su oficio, mientras el capitán intenta orientarse en el mar abierto y su primer oficial sigue empeñado en conquistar a la gran ballena.
