Siendo una mejora, mínima de su predecesora, Detective Knight: redención es una película de acción simple pero entretenida. El antagonista de esta entrega aporta ese carisma que le falta hasta al propio Bruce Willis.
Esta es la segunda película en menos de tres meses —y se espera una tercera en marzo—. La secuela de Detective Knight llega de forma apresurada, pero consigue remediar el desastre de la primera. Es una mejora de todos los puntos débiles, dentro de unos límites, claro. No es la revolución de las cintas policíacas, pero ofrece un resultado mucho más sólido y que no depende plenamente de la violencia.
Eso sí, que no sea el eje central no significa que no esté presente. Al igual que su precuela, es un film violento, sobre todo en los últimos 20 minutos. Sigue teniendo los atracos de bancos como hilo conductor, pero los criminales tienen una mejor puesta en escena. Tampoco es carisma porque, probablemente, de todos los que aparecen, solo dos hablan. Son básicamente un grupo de delincuentes disfrazados de Papá Noel con un modus operandi que puede parecer bastante similar al inicio del Joker en El caballero oscuro de Nolan. No solo la estética burlesca de los trajes, sino el discurso que promueven también se asemeja bastante al del enemigo de Gotham.
El antagonista, el cabecilla de la banda, tiene cierta profundidad. Y, aunque no tenga desarrollo a lo largo de la trama, es más interesante que el propio Knight. Una vez más, al igual que en la primera entrega, ceder el protagonismo a sus némesis, en esta ocasión es más eficaz y no es simplemente un “yonqui” arquetípico. En este caso, al mensaje anticapitalista se le añade una dimensión religiosa que roza el fanatismo extremo o sectario.
El argumento es sencillo, pero no necesita mucho más. Es un habilitador para que el protagonista —y su adversario— vaya del punto inicial al final, dando pie a las secuencias de acción y permitiendo el cruce entre ellos en determinado momento de la historia.
Detective Knight: redención cumple con su cometido. Supone una “redención” respecto a la torpeza de la predecesora. Es un largometraje de acción bastante simple, pero eficaz. Condensa la misma fuerza a la vez que incorpora personajes con un poco más de gracia. Sigue dejando bastante que desear, pero es un producto entretenido para los fanáticos del género.
Firma: Gerard Casado
Un grupo de atracadores, vestidos como Papá Noel, siembran el caos por Nueva York robando bancos. James Knight, que cumple condena en prisión, recibe una propuesta para poner fin a estos criminales a cambio de su placa y su libertad.