Fin de un curso académico. Iniciamos el difícil periodo de conciliar trabajo y familia cuando no hay cole. Como cada año, desde estas líneas, advertimos que no es bueno que las pantallas sean la primera opción, ni la opción por desgaste. Pero como, también, cada año hay más evidencias de que los riesgos son muchos y las consecuencias de un mal uso (o un abuso) de los dispositivos móviles son devastadoras, no podemos dejar de insistir en ello.
#ElMovilNoEsUnJuguete es la campaña con la que la Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores se han movilizado para prevenir la utilización de pantallas en edades tempranas. Apostar por los buenos hábitos audiovisuales debe hacerse en el entorno familiar y desde los primeros años de nuestros hijos.
Vive tu vida real
Las aficiones, el deporte y las actividades con amigos son un antídoto probado contra las adicciones tecnológicas. No obstante, debemos mantenernos alerta, conocer cuál es el mundo digital que visitan nuestros hijos y qué series o videojuegos están iluminando sus neuronas espejo.
Cada verano es un reto. Cada hijo y cada hija, también. Y nunca nadie dijo que la educación fuera fácil. Ahora nos toca lidiar con la tecnología que, a pesar de sus muchas virtudes, en demasiadas ocasiones se convierte en nuestra peor aliada. La inversión de tiempo, esfuerzo e imaginación es grande, pero de esa inversión dependen enormes beneficios para el futuro de nuestros hijos.
Quizá nuestros test de autoconocimiento pueden ayudarte a empezar una conversación con ellos:
– Tecnotest. Para conocer la dependencia al móvil
– TestEnSerie. Para saber el grado de adicción a las series.
El tiempo que nos queda
Ahora, nuestros hijos disfrutan de muchas semanas con otro tipo de actividades. Y nosotros también, aunque menos. Toca que las aprovechemos, para no tener que arrepentirnos más tarde de haberlas dejado pasar sin más. En cuestiones educativas, los retos son simples, pero no sencillos.
Colocar los dispositivos en un segundo plano: ya no hay que hacer deberes en el ordenador pero, quizá, los viajes o la distancia entre los amigos favorece el abuso de las redes sociales y las apps de comunicación instantánea.
Primero, nosotros: los adultos debemos dar ejemplo. De poco (o de nada) sirve que pongamos unas normas si somos los primeros en no cumplirlas.
Creatividad: el tiempo de ocio es propicio para descubrir, fomentar o mejorar las aficiones. A lo mejor puedes encontrar algunas ideas en este apartado de nuestra web.
Selección y pensamiento crítico: para saber valorar una serie o una película hace falta educar la mirada. El mismo ejercicio que hacemos con la comida, la música o el arte debemos aplicarlo al ámbito audiovisual. Quizá con más urgencia y empeño que en otros ámbitos, puesto que muchas veces es allí donde la juventud entierra sus horas, sus sueños y sus ambiciones.
Estos son algunos de los retos de los que hablábamos al inicio. La inversión que hagamos en nuestros hijos durante estos meses, nos ayudará a afrontar el siguiente curso con nuevos y mejores hábitos audiovisuales.
¡Feliz verano #LiveYourRealLife!